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RELIGIÓN

El Papa pide que la ONU ponga paz en Iraq

Por Sandra CarreteroTiempo de lectura2 min
Sociedad11-04-2004

Con voz fuerte y clara comenzaba Juan Pablo II la misa de Jueves Santo que recuerda la Última Cena de Jesús con sus discípulos. Aunque el Papa se encuentra estable en salud, no pudo lavar los pies a los doce sacerdotes que recuerdan la humildad de Jesús poco tiempo antes de ser crucificado. En su lugar, le remplazaron los cardenales Joseph Ratzinger y Angelo Sodano.

En palabras del Papa, este gesto de Jesús significó "inculcar en la mente de sus apóstoles lo que habría de suceder en poco tiempo". Las fuertes medidas de seguridad no importaron a las miles de personas que se acercaron hasta allí para obtener la bendición del Papa, porque después de los atentados de Madrid del 11 de marzo se temía que pudieran atentar contra la Santa Sede estos días. En momentos de lucha antiterrorista, el Papa se pronunció en contra de cualquier atentado contra los individuos y pidió a las fuerzas de la coalición, lideradas por Estados Unidos que abandonen Iraq, retiren las tropas y se envíe una fuerza de paz de Naciones Unidas. El Viernes Santo, como es tradicional, el Papa presidió el Vía Crucis alrededor del Coliseo de Roma, porque él ya no puede cargar con la cruz. Entre las personas que portaron la cruz se encontraba una joven madrileña en honor al 11-M y al sufrimiento vivido en esta ciudad cuando se cumple un mes de los brutales atentados. El Pontífice recibió la cruz en la penúltima estación, donde dirigió su cariño y sus palabras a los presentes. Además bautizó a siete personas procedentes de Italia, Togo y Japón. Aunque el cansancio comenzó a hacer mella en el Santo Padre, el Papa continuó con su calendario y ofreció la misa del Sábado de Pascua. Con una voz frágil y débil comenzó su mensaje diciendo: "Muy queridos hermanos e hijos. En esta noche sacrosanta, en que Jesucristo nuestro Señor pasó de la muerte a la vida, la Iglesia, propagada por toda la tierra, llama a sus hijos a celebrar una vigilia de oración". Continuó su discurso con una voz apenas audible para apagar el fuego y continuar con la misa a la luz de las velas hasta que uno de sus cardenales pronunció por tercera vez las palabras "lumen Christi" (Luz de Cristo) y se volvió a hacer la luz en la basílica de San Pedro, donde el Papa terminó de oficiar la homilía. La Semana Santa terminó con el, tan esperado por los feligreses, Domingo de Resurrección, en el que volvía a hacer un llamamiento a la paz en su discurso relatando palabras como "que la tentación de la venganza abra paso a la valentía del perdón; que la cultura de la vida y del amor haga vana la lógica de la muerte". El Papa pronunció la bendición "Urbi et Orbi" para los presentes en la plaza de San Pedro y para el resto del mundo en 60 idiomas. El acto fue retransmitido en 53 países y emitido en más de 80 canales de televisión.

Fotografía de Sandra Carretero