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SECUESTRO

La Policía detiene al atracador de un banco en Alicante

Por Mónica MartínTiempo de lectura1 min
Sociedad06-04-2004

Los rehenes no sufrieron ningún daño y el atracador se encuentra en estado grave después de la caída que sufrió cuando intentaba huir en una moto. Para interceptarle la Polcía se cruzó con él con un coche. Todo empezó a las nueve y media de la mañana del lunes de la semana pasada. Dos individuos que iban a declarar a unos juzgados cercanos a la sucursal, en la Gran Vía de Alicante, decidieron presuntamente atracar el banco. Mientras uno se quedó fuera vigilando, mientras el otro entró en el banco.

Antes de que fuera a salir, un trabajador de Prosegur ya había avisado a la Policía, y el secuestrador decidió quedarse dentro y retener a las personas que estaban allí, mientras que el que vigilaba huyó. El secuestrador, al parecer toxicómano, tenía antecedentes policiales y se había escapado de un centro penitenciario. Localizaron al padre en Madrid y lo trasladaron inmediatamente a la sucursal bancaria para que hablara con su hijo. Esto propició la liberación de un rehén pasadas las 15.00 horas. Ya antes parece que se solidarizó con la situación de una de las rehenes. Una mujer mayor que tenía dos hijos minusválidos a los que tenía que cuidar fue a la primera en liberar. A cambio de dos bocadillos de jamón, tabaco, tres cervezas sin alcohol, una botella de agua y papel de aluminio, que fueron facilitados alrededor de la 13.00. El atracador estuvo negociando con la Policía durante todo el día. Además exigió que alguno de esos productos fueran de una marca determinada. Como la moto y el casco que utilizó para su huida. Estas exquisiteces del ladrón podían hacer pensar que la situación no era muy seria. Pero lo cierto es que el detenido estaba armado con una pistola, con la que disparó al aire. También llevaba un artefacto "similar a una granada", según uno de los rehenes, con el que atemorizó a algunos de los rehenes poniendoselo sobre la cabeza. Amenazó con hacerla explosionar y la Policía desalojó el edifico contiguo a la sucursal. Horas después ampliaron el perímetro a varios edificios más. Durante el tiempo que duró el secuestro, muchas de las personas desalojadas fueron acogidas por los vecinos.

Fotografía de Mónica Martín