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ANÁLISIS DE LA SEMANA

Negocios

Fotografía

Por Almudena HernándezTiempo de lectura2 min
Sociedad01-02-2004

La vida de muchas personas depende de un negocio. Y la ciencia, en muchísimas ocasiones, se rinde a sus pies. Hay fármacos contra el sida, fármacos muy potentes, con buenos resultados, pero esos fármacos sólo pueden usarlos los enfermos con el bolsillo lleno. Quienes tienen sida, la tripa y el bolsillo vacíos no pueden acceder a ellos. Es triste que muchos tengan que comer de la enfermedad, y lo peor, de la muerte, de los demás. Menos mal que hay todavía en el mundo voces que se alzan por la justicia. Como se hizo la semana pasada desde el Vaticano. El Papa ha acusado de genocidio a las industrias farmacéuticas por no bajar el precio de los medicamentos contra el sida en este mundo de epidemias. La gripe de las aves sigue siendo noticia mientras continúan en el olvido los que tienen el estómago y los bolsillos diáfanos. La enfermedad, en sus distintas tipologías, ataca al hombre. Pero pocos se dan cuenta de que la verdadera epidemia está en los daños morales. Los valores están contagiados por el síndrome del egoísmo, por el virus de la mentira, por el mal de la sinrazón. El mundo es de todos, y para todos ha de regir una misma juticia, unos mismos derechos, unas mismas normas de convivencia. El Gobierno francés ha aprobado la propuesta de ley que prohibe el velo islámico en las escuelas. En septiembre, cuando entre en vigor, volverá la enfermedad de la sinrazón, con los debates y los enfrentamientos que de nuevo se han despertado con esta norma. Pero de ello no se enterarán todos, pues hay mucha gente en estado de somnolencia bajo los efectos de la medicación del ansia de poder. Quiere el hombre llegar tan lejos que se olvida de los problemas más cercanos con los que hace negocios.

Fotografía de Almudena Hernández

Almudena Hernández

Doctora en Periodismo

Diez años en información social

Las personas, por encima de todo