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APUNTES DE BANQUILLO

Qué pronto pasan diez meses

Fotografía

Por Roberto J. MadrigalTiempo de lectura2 min
Deportes27-07-2003

Qué difícil se hace encontrar cada semana un tema del que opinar, aunque no sea tan sufrido como madrugar cada mañana para ocuparse de trabajos más duros que éste. Claro que lo más difícil es hacerlo bien y responder, no sólo a la propia exigencia, sino a la deuda con alguien que sabe tanto o más –a menudo– que el mejor de los periodistas, el lector desconocido. Qué difícil es huir de la vanidad y la autocomplacencia. Qué paz y qué ánimo da, ahora que llegan las vacaciones, saber que el derroche de esfuerzo durante once meses al año, desde hace cuatro, a fondo perdido, merece la pena. La merece en cuanto un solo lector lo agradeció. Créanme, sin embargo, aunque no me crean: mi sitio no merecía estar acompañado de esta fotografía. Como buen cobarde, prefiero trabajar en la sombra para continuar con la pasión con que comencé en esto de los deportes hace ahora cuatro años, que no es otra que seguir haciendo de este resquicio de Internet, poco a poco, un proyecto consolidado en su línea de contenidos, en su línea de estilo y en su línea de calidad. Seguirá habiendo jóvenes estudiantes a los que acompañar en su crecimiento como personas y periodistas, errores de los que aprender, nuevas experiencias que valorar y quién sabe si poner en práctica. Las obras quedan y las gentes se van, canta con sus sabrosas melodías Julio Iglesias. En efecto, la etapa que inicié hace diez meses debido a las circunstancias personales de un excelente periodista y mejor compañero, Nacho García Barco, que se vio obligado a dejarnos sin la finura de sus artículos –quizá muy futboleros, sí, pero con el valor del que cuenta lo que ve y sabe apreciar los detalles–, debería quedar atrás, aunque la recordaré como una experiencia riquísima. Ojalá lo podamos ver a finales de agosto, cuando comience otra vez el curso, cuando la ilusión comience a teñirse de nuevo de nostalgia. Va siendo hora de que vuelva la pluralidad. A través de las opiniones vertidas, unas vehementes y otras sentidas, todas sinceras, espero tan sólo haber podido corresponder una mínima parte de la confianza que las estadísticas hacen constar que suscita el trabajo de este periódico. Gracias a ustedes, queridos lectores, no importa que seamos todavía un pequeño de seis años al lado de otros colosos de la información, porque –como muchas personas que jamás saldrán del anonimato– la grandeza está en el espíritu que, por fortuna, aún mantiene La Semana desde su nacimiento. Amalgama de compañeros con experiencias distintas pero siempre constructivas, comprometidos para arrimar el hombro y, como buenamente sepamos y sea posible, seguir explicándoles las noticias sin quedarnos sólo en la intención.

Fotografía de Roberto J. Madrigal