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ANÁLISIS DE LA SEMANA

Mal programa el ‘todo por el poder’

Fotografía

Por Amalia CasadoTiempo de lectura3 min
España01-06-2003

ETA vuelve a atentar. Pero el PNV mantiene su estrategia de desafío al Estado y a la Justicia, impide la disolución del grupo parlamentario heredero de la ilegalizada Batasuna en el Parlamento Vasco, vota en contra de que se emita un spot televisivo en honor y recuerdo de las víctimas del terrorismo, insiste en sacar adelante un plan secesionista que desgajaría el País Vasco del resto de España y se opone a que los terroristas cumplan las penas íntegras que les son dictadas. El Partido Socialista de Euskadi, a pesar de la intención, archideclarada, de Rodríguez Zapatero de formar mayorías constitucionalistas con el PP en el País Vasco después del 25M, se resiste a obedecer las estrategias dictadas –sugeridas- desde Madrid, y deja al desnudo que el secretario general de los socialistas no tiene autoridad para aunar voluntades ni, llegado el caso, de imponer criterios en el seno del partido que se supone que dirige. A Zapatero le pasa esto en el País Vasco y también en Cataluña, pero no es todo: le llueven críticas desde el sector guerrista –Menos protestas y más propuestas, le pide-, Joaquín Leguina, que se había ofrecido a encabezar la candidatura del PSOE a la alcaldía de Madrid, le exige responsabilidades por haber optado por vencida Trinidad Jiménez, José Bono le advierte de que su pecera de votos está en el centro derecha, y no entre la izquierda de Llamazares, y Juan Alberto Belloch le lanza indirecta por haber ensombrecido las propuestas locales y autonómicas a favor de una campaña orientada a los asuntos nacionales como Prestige o guerra de Irak. En el punto de mira, José Blanco, responsable de la campaña electoral del PSOE, y que ha mostró una actitud prepotente cuando antes de conocer los resultados finales auguraba una mayoría aplastante para su partido. Quizás sea en el futuro una de las cabezas de turco, si el PSOE opta por presentar a los españoles un equipo de dirigentes profesionales, preparados, capaces de ilusionar y de garantizar seguridad. Hasta que llegue ese día de esperanza, la necesidad de gobernar con garantías y estabilidad pasa en varias Comunidades y muchos municipios y localidades por alcanzar pactos de Gobierno. Será una nueva experiencia en la historia de la democracia española la de una España sembradita de pactos entre PSOE e Izquierda Unida a los que se pasará examen en las próximas elecciones generales. El “todo por el poder” no suele tener muy buena acogida entre los votantes, pero desde la experiencia se verá con más claridad cuánto se está dispuesto a sacrificar por ese poder, cuánto programa y cuantos principios. Poco es lo que en realidad comparten PSOE e IU. En ese pequeño saco de cosas está una falta de respeto a la política como el arte de promocionar el bien común, pero sí como medio para beneficiar intereses particulares, que no los de todos los ciudadanos. La prueba esta en la incapacidad de hablar a los ciudadanos sin hacer referencias al PP, y una campaña con un mensaje principal que era el desbancar al PP allí donde fuera posible. Que la primera medida que Rafael Simancas quiere tomar cuando sea investido presidente de la comunidad de Madrid sea quitar al actual presidente de Caja Madrid dice poco de una limpia y verdadera preocupación por los ciudadanos madrileños y por sus problemas, poco de una actitud de servicio, que es lo que debe exigirse a sí mismo un gobernante, y descubre más bien una tendencia de pequeño dictador con mucha sed dominio y ansia de poder.

Fotografía de Amalia Casado

Amalia Casado

Licenciada en CC. Políticas y Periodismo

Máster en Filosofía y Humanidades

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