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EL REDCUADRO

Azorados

Fotografía

Por Antonio BurgosTiempo de lectura3 min
Opinión17-03-2003

Se puede uno atragantar con un pellejito de uva de las 12, 12, y se puede uno atragantar también, pero hasta la asfixia, con 10 millones de votos. Ni el amor, ni el dinero ni la torpeza se pueden disimular. Cuesta bastante comprender, porque no se ha dignado explicarlas, las poderosas razones que pueda tener Aznar para sostenerla y no enmendarla frente a la opinión. Pero más difícil es aún comprender cómo con 10 millones de votos detrás aparecen con el rabo entre las piernas, azorados mucho antes de ir a las Azores. No he visto a nadie que disimule mejor que tiene 10 millones de votos. Parecen votos de pobreza de comunicación, o que, como es Cuaresma, están de ayuno y abstinencia de ejercicio de los medios del poder y del poder de los medios. Miro las calles (llenas por cierto de unas banderas republicanas que no sé qué tienen que ver con la paz, pues evocan la guerra civil), echo las cuentas de los millones de manifestantes y el silencio de los 10 millones de votos que sostienen democráticamente al Gobierno y me pregunto como Jardiel Poncela con las 11.000 vírgenes: ¿pero hubo alguna vez 10 millones de votos? Hijos míos: pues si los tenéis, guardadlos para mejor ocasión. Sigo echando cuentas. Tiro de largo; vamos a poner que entre las dos manifestaciones del 15, la Niña Bonita de la Paz, la del 15 de febrero y la del 15 de marzo, ha habido 5 millones de manifestantes en las calles. Aún así, no me cuadra: le sobran al PP 5 millones de votos después de contrarrestar a los que aunque dicen "no a la guerra", en el letrerito de la versión original subtitulada pone: "No al PP, no a Aznar". Los manifestantes llevan carteles con las fotos de los 183 diputados del PP que votaron "sí"; bueno, pues cada uno de ellos caben a 54.644 de estos votos azorados, avergonzados, acoquinados. Y cabreados. Los que se echan a la calle contra le guerra están cabreados contra Aznar y el PP. Eso no es nada comparado con el cabreo sordo de los votantes del PP que no se echan a la calle. Los que no se echan a la calle, esos 10 millones de votos, no es que estén cabreados: están cabreadísimos con el Gobierno. Por el cero patatero en su política de comunicación. Desde que tienen la mayoría se han atorado y no saben vender nada. Nunca se sabe si son más torpes que honrados o más honrados que torpes. Porque no han sabido hacerse perdonar las cosas gravísimas que han hecho, a saber: sanear el agujero de la Seguridad Social que dejó el felipismo, robustecer la economía, bajar los impuestos, subir las pensiones, suprimir la mili obligatoria, dignificar la presencia internacional de España. Si los manifiestantes están mosqueados, más cabreados están los votantes del PP que no salen a la calle y asisten en sus casas al insólito espectáculo de dejación gubernamental. Cagancho en Almagro quedó una mijita mejor que Aznar en Irak. Y nada, que no rompe a hablar el tío para explicarnos qué ocultas y poderosas razones tiene para que estén tan azorados mucho antes de las Azores.

Fotografía de Antonio Burgos

Antonio Burgos

Columnista del diario ABC

Andaluz, sevillano y del Betis

** Este artículo está publicado en el periódico ABC y posteriormente recogido de AntonioBurgos.com por gentileza del autor