ANÁLISIS DE LA SEMANA
Ismael
Por Almudena Hernández2 min
Sociedad22-12-2002
Es un genio en proyecto. Con virtudes y defectos, como todos los genios. También con problemas, algo que en esta vida el hombre tiene la obligación y la necesidad de afrontar, porque sólo los grandes lo hacen. En su camino hacia la juventud derrocha inocencia, alegría, ilusión, algo casi ausente en muchos jóvenes españoles de este siglo XXI. Es superdotado en sensibilidad, multimillonario en bondad, se entrega a quien está junto a él. Es inquieto, curioso, extremadamente emotivo, hábil y cariñoso. Hasta el supuesto significado de su nombre –que viene del hebreo y quiere decir Dios me escucha- parece ser un premio, más en este mundo en el que el hombre parece haberse apartado de los grandes valores. A Ismael le debe llamar Dios al móvil o algún enchufillo así ha de tener por Allá Arriba, porque este chico no es normal. Con trece años, cuando sus compañeros de pandilla le critican y se burlan de él, Ismael les reduce al asombro con su palabrería sabia, sana y sincera. Es curioso con lo nuevo y con lo viejo, con lo antiguo y por lo que ha de venir, con lo que ocurre, con las causas, las consecuencias, los porqués y los paraqués. Siempre quiere respuestas. El pasado domingo tocó su primer concierto con la caja -¡menudos redobles!- y esta Nochebuena debuta en la Misa del Gallo como bandurrista. Las bóvedas de la imponente iglesia gótica de Navalagamella –un pequeño pueblo en la sierra de Madrid- rebotan un año más los ecos de las bandurrias, laúdes y guitarras, como todos los años, desde hace tantos ya… Lo de menos es que Ismael desafine: importa que crea en las tradiciones. En las raíces está la identidad del hombre. Entre partitura y partitura somete a un duro cuestionario a su humilde maestra de villancicos añejos con las más insospechadas cuestiones. Y lo peor es que la curiosidad de Ismael requiere una respuesta urgente: ¿Cómo funciona la Bolsa? ¿Cómo se transmite una determinada enfermedad? ¿Qué pasa con el Prestige? ¿De qué sirve tanta visita y tanta foto? ¿Cómo se van a repartir las ayudas? Etcétera, etcétera, etcétera. Hace apenas una semana Ismael descubrió en Internet La Semana.es, por lo que es previsible que entre sus próximas indagaciones se encuentren temas como la eutanasia o la violencia de género. Más extraño es que surja el asunto de la reforma de la Educación, pues a Ismael los libros le pesan en la mochila. Eso sí, parece tener claro su futuro como chef, a juzgar por los bollos de chocolate blanco que prepara. Aunque su futuro quizás esté en los escenarios de todo el mundo y/o derrochando alegría, sabiduría e inocencia por las callejuelas de Navalagamella. Si no se rinde, a Ismael el tiempo y Dios le pondrán en el lugar que se merece.
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Almudena Hernández
Doctora en Periodismo
Diez años en información social
Las personas, por encima de todo