APUNTES DE BANQUILLO
Un momento para relajarse y disfrutar
Por Roberto J. Madrigal2 min
Deportes10-11-2002
“El deporte, como todo fenómeno humano, es fiel reflejo de la sociedad en la que nace y se desarrolla”, dice José Luis Chinchilla. “De un modo especial, en nuestras sociedades modernas, está al servicio del interés y de los beneficios económicos de unos pocos”. Esto se demuestra especialmente un fin de semana como éste, cuando las grandes competiciones –ya sin motociclismo, rallies, tenis y golf hasta la próxima temporada– se dan un respiro. Pero la sacrosanta Liga se empeña en negarle una oportunidad a los triatletas y gimnastas, que también son deportes olímpicos, de darse un baño de gloria y de ser reconocidos por los méritos del trabajo diario. Aunque su vida, generalmente, es mucho más sacrificada que la tan estresada de las grandes estrellas (véanse compromisos publicitarios a destajo), sí que tienen algo en común con ellas: el sueño de poder alcanzar una vida digna haciendo lo que les gusta. Como cualquiera, ¿no? Pues algo suena a injusto: ¿quizá la dictadura -que no ley- del mercado en el disfrute de una actividad nacida para la superación de las personas? “Sin embargo, hay otra visión y otro uso del deporte, orientado más bien hacia la consecución de un mundo y una sociedad mejores. El juego y los deportes poseen la virtud de desarrollar capacidades en los niños y jóvenes de gran importancia: el sentido cooperativo de la actividad humana, el disfrute personal y grupal por encima y al margen del éxito, la integración de los más desfavorecidos, el respeto y la valoración de los demás y de las reglas que rigen las relaciones humanas, etcétera. Como puede verse, hay otra cara del deporte distinta a la que nos presenta el consumo desmesurado actual”. Bien mirado, además de vibrar con la superación de atletas como Iván Raña y Almudena Cid, según se mire, es una oportunidad para que los aficionados al deporte nos reconciliemos con nosotros mismos: el disfrute de un buen partido de fútbol, saber cuándo ganará Pau Gasol un partido en la NBA, la admiración por la superioridad infinita de las hermanas Williams, son el mejor aperitivo posible para una escapada a la naturaleza con la familia, para unas cañas con los amiguetes... Pongan lo que quieran y se les ocurra. Pero no lo olviden: para ello el deporte, como casi todas las cosas importantes de la vida, necesita la moderación. Tómense un respiro, y si acaso, abran la vista al mundo y curioseen de cuando en cuando por esos otros deportes con encanto, que habitualmente son carne del todo menos fútbol de los mal llamados periódicos deportivos.