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ANÁLISIS DE INTERNACIONAL

La carnicería palestina

Fotografía

Por Isaac Á. CalvoTiempo de lectura2 min
Internacional21-05-2018

Lamentablemente, estaba claro que el traslado de la Embajada de Estados Unidos a Jerusalén iba a tener graves consecuencias. El resultado ha sido traumático y decenas de palestinos han perdido la vida por la actuación del Ejército israelí ante la amenaza procedente de Palestina.

El Estado de Israel acaba de cumplir 70 años y desde su fundación ha vivido rodeado de enemigos. Con algunos de estos ha llegado a una coexistencia pacífica, pero otros siguen odiando a los israelíes y deseando su desaparición del mapa. Uno de los pilares en los que se sustenta Israel es en la supervivencia del Estado y sus dirigentes hacen lo posible para lograrlo. Aun así, es muy conveniente que la respuesta ante la amenaza sea proporcionada.

En este último caso, miles de palestinos han intentado asaltar una de las fronteras de Israel para protestar por el establecimiento de la Embajada estadounidense en Jerusalén, una ciudad en disputa y que tanto israelíes como palestinos reclaman como capital. El Ejército ya había advertido previamente de que respondería a cualquier intento de violación de su soberanía estatal. Sin embargo, en estos casos suele ser suficiente utilizar medios antidisturbios y medidas disuasorias lo suficientemente efectivas. Lo que es censurable es que hayan muerto tantas personas durante las protestas. Las tropas israelíes y sus servicios de inteligencia están lo suficientemente preparados como para repeler este tipo de protestas sin cometer una carnicería que genera mucho más odio.

Precisamente, esto es lo que persigue el Movimiento de Resistencia Islámico Hamas, considerado como terrorista por Estados Unidos. Hamas es el instigador de las protestas radicales y artífice de muchos de los problemas que sufren los palestinos. Realmente, a este grupo la población no le interesa, sino que la manipula y utiliza para obtener sus intereses. Esta organización acusa a Israel de todos los males, pero los habitantes de Palestina deberían darse cuenta de que parte de sus calamidades se deben a la mala gestión política de sus propios dirigentes. Pero claro, es más fácil seguir viviendo en el victimismo y culpar a los demás que hacer autocrítica y afrontar el verdadero problema.

También, convendría preguntarse y analizar qué interés tiene Trump al llevar la Embajada a Jerusalén y qué es lo que consigue con una medida que ni Bill Clinton, ni George W. Bush, ni Barack Obama adoptaron, a pesar de que el Congreso estadounidense pidió hacerlo en 1995. Los tres expresidentes eran conscientes de que tomar esa decisión iba a traer más problemas que ventajas, ya que es una zona muy sensible y cualquier alteración del statu quo puede provocar graves e imprevisibles consecuencias.

Fotografía de Isaac Á. Calvo

Isaac Á. Calvo

Licenciado en Periodismo

Máster en Relaciones Internacionales y Comunicación

Editor del Grupo AGD