ANÁLISIS DE ESPAÑA
La pirueta catalana
Por Alejandro Requeijo
3 min
España31-07-2017
La Generalitat ha denunciado a la Guardia Civil ante los tribunales por interrogar a varios altos cargos. Los agentes actúan en el marco de una investigación dirigida por un Juzgado de Barcelona. El juez quiere saber si la Generalitat anda desviando fondos públicos de todos los catalanes -y todos los españoles- para una consulta ilegal que sólo quiere una parte de los catalanes -una minoría de españoles-. La decisión ha obligado a salir, en Twitter, al propio ministro del Interior: "No se puede intimidar a quienes nos protegen. Alentar estas protestas desde un partido con responsabilidades de gobierno es muy peligroso". Otra cosa es que quien se queje sea el marido de la jefa, María Dolores de Cospedal, que entonces sí cabe investigar a los investigadores. O cuando los agentes indagan en otros partidos con responsabilidades de Gobierno, como el PP, que entonces sí puede tratarse de un error de los agentes. (Valgan un par de enlaces a la maldita hemeroteca para quien quiera comparar raseros).
Se puede decir que la Generalitat, como el marido de Cospedal o Cristina Cifuentes apuntan a los agentes por hacer su trabajo. En el caso del Gobierno catalán, además, la denuncia es incluso por no ser simpáticos en el desempeño de sus funciones: según dicen, "mantuvieron una actitud agresiva contundente y de presión". Si al menos hubieran puesto una cinta con chistes de Eugenio... En su día el entonces eurodiputado de ERC Raül Romeva pidió amparo a la UE por la "incertidumbre" que le generaba que le pasasen por encima "aviones militares". Llegó a solicitar la mediación de las autoridades comunitarias ante una posible intervención bélica. La Cataluña de hoy es ese lugar en el que estas declaraciones, lejos de un ingreso psiquiátrico, te hacen merecedor de un nombramiento como ministro de Exteriores.
Recientemente una articulista ha escrito en un periódico local que "ser catalán en España es como ser homosexual en Marruecos". Con tales precedentes, que ahora la Generalitat busque sorprender a alguien recordando que la Guardia Civil tiene mala leche resulta cuanto menos poco imaginativo. A quien poco menos que el nacionalismo catalán quiso mandar a un psiquiatra fue al ex senador de ERC al que se le escapó que el Govern contaba con 400 millones "camuflados" para llevar a cabo el referéndum ilegal. Eso, unas declaraciones de uno de los suyos, fue lo que provocó la investigación judicial que ha llevado a la Guardia Civil a interrogar. En su denuncia, la Generalitat apela ahora a las mismas leyes que ellos avisan que no cumplirán en su proyecto rupturista, pirueta recurrente del nacionalismo sólo comparable a lo de renegar de España, pero jugar todos los años a la Lotería Nacional.
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Alejandro Requeijo
Licenciado en Periodismo
Escribo en LaSemana.es desde 2003
Redactor de El Español
Especialista en Seguridad y Terrorismo
He trabajado en Europa Press, EFE y Somos Radio