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ANÁLISIS DE SOCIEDAD

En lo que dura un suspiro

Fotografía

Por Almudena Hernández Tiempo de lectura2 min
Sociedad20-04-2017

De un día a otro, en menos de una hora o en lo que dura un suspiro, la vida puede dar tanto la vuelta que parece que han pasado semanas o años y el horizonte presenta un paisaje inesperado al que los ojos, la cabeza y el corazón se tienen que acostumbrar. Que se lo pregunten, por ejemplo, a los familiares y amigos de quienes murieron en accidentes de tráfico durante las recientes y ansiadas vacaciones de Semana Santa o a los heridos en las avalanchas que una panda de delincuentes provocaron en las procesiones de Sevilla.

Pero también deberíamos reflexionar sobre cómo les ha cambiado la vida a los inmigrantes y refugiados que buscan una oportunidad en la ansiada Europa a riesgo de su vida cruzando el mar o hipotecándola en redes de trata de personas. Y aún habrá quien presuma de irse de putas o de lo bien rematada que está esa prenda de imitación compró a un mantero...

De un día a otro, en menos de una hora o en lo que dura un suspiro, la vida puede dar tanto la vuelta que parece que han pasado semanas o años. Que se lo pregunten a esa mujer que hace unos días parió en un hospital madrileño. Que se interesen por lo que le pasó por la cabeza en ese duro trance, sin entender el idioma del personal médico o cómo el dolor acumulado como refugiada que huye de la guerra también estuvo presente mientras daba a luz en un mundo tan oscuro.

Al menos, ese bebé no escuchará el ensordecedor silbido de las bombas y su nacimiento pondrá un poco de esperanza en el significado de la maternidad, tan confuso últimamente en debates incitados por quienes jamás entenderán el valor del sacrificio para que triunfe la vida.

Pues la vida, muchas veces, puede dar tanto la vuelta durante un simple suspiro que ni siquiera permite llenar de nuevo los pulmones de aire y avistar el horizonte, aunque en él las próximas vacaciones queden muy lejanas.

Fotografía de Almudena Hernández