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Exposición de las principales irregularidades detectadas

Por La SemanaTiempo de lectura2 min
Economía20-10-2002

La lista de irregularidades detectadas por el Tribunal de Cuentas en los cursos formativos subvencionados por la Forcem es larga: cursos que no se daban nunca, alumnos fantasma, sobrecostes que no eran tales y un largo etcétera. Las acusaciones, de momento, son de apropiación indebida, falsificación de documentos y fraude comunitario.

Cuesta más de lo que vale.- Una de las prácticas habituales era la de inflar gastos. Se incrementaba lo que iba a costar el material, las aulas o los sueldos de los profesores que tenían que impartir en curso. Además, estos gastos venían justificados mediante facturas, con lo cual, según el Tribunal de Cuentas, se presupone una especie de connivencia entre el beneficiario de la subvención y la entidad que expide la factura. Es decir, la red de irregularidades se extiende también a empresas afines. Alumnos Fantasma.- Se ha detectado que muchos de los alumnos que figuraban en la lista de asistentes al curso no acudieron jamás. A algunos de ellos incluso les falsificaban las firmas para hacer ver que asistían a las clases. Además, según datos de la Seguridad Social, el 22 por ciento de los trabajadores que supuestamente habían recibido cursos de beneficiarios por la Forcem entre 1996 y 1997, no existían. A estos alumnos fantasma se les dotaba de un número de Seguridad Social que ha resultado ser falso en 59.552 casos de un total de 271.204. Supuestamente, el número de asistente se inflaba para que a la vez se incrementasen los costes y en el mismo grado el dinero de la subvención. Reestructuración y desaparición de cursos.- Cuando se presenta el proyecto solicitando la subvención, es necesaria una explicación de en qué se gastará el dinero de las ayudas. Dependiendo de los gastos que suponga el curso se recibirá una subvención u otra. En ocasiones, cuando se había recibido la subvención para un determinado curso, este se modificaba de modo que los costes menguasen. Se han llegado a reducir las previsiones aprobadas en un 34 por ciento y las horas lectivas en un 42 por ciento. También ha ocurrido que tras recibir la subvención los cursos no han llegado a impartirse nunca. Facturas Falsas.- Muchas de las facturas estaban notablemente por encima del coste real de lo que representaban. Otra práctica era la de presentar una misma factura para la petición de subvenciones diferentes o que correspondían a ejercicios distintos. Las investigaciones prosiguen pero de momento los datos son ya sumamente reveladores. Según los datos aportados en el informe del Tribunal de Cuentas, los beneficiarios de ayudas de la Forcem tan sólo realizaron un tercio de los trabajos asignados durante los años 1996 y 1998, a pesar de que cobraron, religiosamente, el 90 por ciento de las subvenciones necesarias para la materialización de estos cursos.

Fotografía de La Semana