SIN CONCESIONES
En la salud y la enfermedad
Por Pablo A. Iglesias
2 min
Opinión03-03-2017
"Disfrutemos cada día que es único". A veces las palabras más llenas de sentido suenan vacías en nuestros oídos acostumbrados a la superficialidad. A veces la razón pierde las batallas más sencillas pese a tener la verdad a su lado porque sólo estamos dispuestos a admitir lo que anhelamos escuchar. Debemos "valorar las cosas de una manera increíble" porque de la noche a la mañana pueden cambiar. Hoy estás arriba y mañana abajo. Hoy estás sano y mañana enfermo. Hoy tienes trabajo y al siguiente te mandan al paro. Hoy amas o te aman y mañana te traicionan.
"Amad todo lo que forme parte de la vida, disfrutad de todo lo que forme parte de la vida, no os arrepentiréis". El malagueño Pablo Raez escribió estas palabras semanas antes de morir. Nada como sentir cerca el final de la vida para ver la realidad como realmente es. Sin filtros ni prejuicios. Dicen que los niños y los borrachos no son los únicos que dicen la verdad. Quienes saben que van a morir también. Solemos pensar que la enfermedad es un mal que pone fin a nuestras alegrías e inunda de tristezas la existencia. Pero un problema de salud, incluso cuando resulta mortal, puede ser el último recurso para que abra los ojos a la vida quien está ciego de sentido.
Con frecuencia, saber que vas a morir otorga significado a lo que simula no tenerlo. La entrega de Pablo Raez es el ejemplo más reciente pero ni es el primero ni será el último. Aceptó su final pero luchó hasta el último aliento para alentar las donaciones de médula que pudieran salvar a otros. Parece un enorme gesto de altruismo y en verdad lo es pero a la vez denota como trasfondo un anhelo de trascendencia. La conciencia sabe que va a morir y busca un modo de permanecer en este mundo, aunque sea a través de otros. Es natural. Se trata de una necesidad inherente a la humanidad que ya sentían los prehistóricos con sus monumentos funerarios y han plasmado todas las civilizaciones de la Historia.
"Disfrutemos cada día que es único". Cuánta razón tocayo Pablo. El presente pasa y el futuro se consume mientras el pasado acapara nuestra vida. A menudo derrochamos el presente pensando en el futuro y cuando nos damos cuenta de que lo hemos malgastado tratamos sin éxito de recuperar el pasado perdido en el olvido. La muerte es el tribunal más equitativo de este mundo, pues iguala a ricos, pobres, sabios, analfabetos, viejos, adolescentes, blancos y negros. Lo preocupante no es perder la vida en el último aliento sino desperdiciarla en todos los anteriores. Cuando acecha, como le ocurrió a Pablo Raez, hay que saber mirarla de frente con humildad y valor. Él lo tenía claro: "Todo pasará y todo llegará. La muerte forma parte de la vida por lo que no hay que temerla, sino amarla ❤".
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Pablo A. Iglesias
Fundador de LaSemana.es
Doctor en Periodismo
Director de Información y Contenidos en Servimedia
Profesor de Redacción Periodística de la UFV
Colaborador de Cadena Cope en La Tarde con Ángel Expósito