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FRANCOTIRADOR DEL TAROT

La policia sigue sin localizar al asesino de Washington

Por Carmen Rosa FernándezTiempo de lectura1 min
Sociedad20-10-2002

El "francotirador del tarot", "el asesino del rifle", muchos son los apelativos con los que EE.UU y el mundo entero conoce al hombre que está sembrando el pánico en la capital norteamericana. El 2 y el 3 de octubre Washington despertó con una oleada de asesinatos propinados mediante un rifle de largo alcance. Seis fueron las víctimas de este primer y brutal ataque. Unos días después, cuando la ciudad se estaba recuperando del shock, el francotirador volvió a actuar, y así sucesivamente. Al asesinato en el aparcamiento de un centro comercial en Virginia, de la novena víctima mortal, se sumó el pasado domingo otro ataque.

Un hombre resultó herido de gravedad en el abdomen cuando entraba en el restaurante 'La Ponderosa', en Ashland, Virginia, el pasado domingo día 20. El francotirador sólo utilizó un disparo para herir a la víctima. El homicida dejó un teléfono a la policía y ésta respondió que quería hablar con el francotirador y que esperaba su llamada al mismo número. La anterior víctima fue Linda Franklin, agente del FBI, se disponía a regresar a su casa después de hacer unas compras con su marido cuando fue batida por un solo tiro en la cabeza que acabó con su vida. Aparcamientos, gasolineras o anchas calles son trampas mortales que los habitantes de esa zona del país rehuyen desde el comienzo de los ataques. Algunas estaciones de servicio han sido tapadas con grandes lonas para evitar ser objetivo del francotirador. La policía no ha encontrado aún pistas certeras que le acerquen al autor de los crímenes y admite estar muy desorientada. Los testimonios del último suceso firmaron testimonios contradictorios entre sí y una de las personas a las que se les tomó declaración mintió a los agentes al asegurar que el asesino huyó en una furgoneta color crema. Las conjeturas no cesan y un diario belga ha llegado a afirmar que el francotirador podría ser un individuo entrenado por la organización islámica Al Qaeda. De momento, la única pista fiable parece ser el casquillo de bala encontrado en el interior de una furgoneta blanca estacionada cerca del aeropuerto Dulle, de Washington y que analiza el FBI.

Fotografía de Carmen Rosa Fernández