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ANÁLISIS DE CULTURA

Llosa, Sartre o el amor con app

Fotografía

Por Marta G. BrunoTiempo de lectura2 min
Cultura30-03-2016

Decía Cicerón que dedicarse constantemente a una misma cosa vence con frecuencia al talento y al arte. Es quizás lo que le ha pasado al hasta ahora (y puede que aún lo sea) alabado escritor Mario Vargas Llosa, nombre al que se le asocian obras del calado suficiente para lucir Premio Príncipe de Asturias de las Letras (1986) y el Nobel de Literatura en 2010. La ciudad de los perros o La fiesta del chivo quedan ensombrecidas por la fuerza del amor, que es capaz de nublar las mentes más privilegiadas. De novelas de éxito a titulares políticos, hoy portada de revistas de corazón.

 “Intenta entenderme: te quiero mientras presto atención a las cosas que pasan. En Toulouse simplemente te quise. Esta noche te quiero en una tarde de primavera. Te quiero con la ventana abierta. Eres mía y las cosas son mías y mi amor altera las cosas a mi alrededor y las cosas a mi alrededor alteran mi amor”. París. 1929. 21 años Beauvoir. 24 Sartre. La pareja más extraña y a la par idílica. 50 años juntos y en casas separadas, sin hijos, sin ataduras, libertad como modelo de relación. Una locura por otra parte. La poligamia frente a la entrega el uno al otro. La diferencia está en que la primera es egoísta y cobarde, la segunda es mágica, enfermiza y valiente. Como la historia entre Vargas Llosa e Isabel Preysler, que según sus palabras “encierra ahora su felicidad”. De folletín, de enamorados adolescentes. Envidia sana le tendrán algunos, mientras dicen que en Perú miran de reojo a su nueva mujer porque Patricia era su esposa desde hacía 50 años. 

 ¿Qué modelo de pareja puede pasar a la historia? ¿se puede separar lo intelectual de lo sentimental? Cuenta Hazel Rowley en Sartre y Beauvoir. Historia de una pareja (Lumen), que ambos se comprometieron a contarse el uno al otro lo que ocurría en sus vidas privadas. ¿Hay o no hay dependencia en este tipo de pareja? Compartieron amantes, hablaban de “amores contingentes”, pero su amor “era absoluto”, el resto “era secundario”.  Y así durante 50 años se trataron de usted, en hoteles, en habitaciones separadas. Respetable, inquietante, ¿inconcebible? hoy se busca pareja con una app. No es mejor. 

 “La incertidumbre es una margarita cuyos pétalos no se terminan jamás de deshojar”. Vargas Llosa es el ejemplo de la lógica del amor sin edad.  Quedan novelas por escribir aunque haya cumplido 80, acariciando el gran danés que ha recibido como regalo, su sueño en los últimos años. Pero de la última, Cinco esquinas, sólo se han vendido 13.000 ejemplares. El sueño del celta (2010) vendió 60.000 en un par de semanas. Ay del poderoso literato si le estalla la pasión entre sus manos. Quizás entonces, tras la liberación inicial de la oxitocina, la llamada “hormona del amor”, Vargas Llosa vuelva, más revitalizado que nunca, a su mejor libro.

Fotografía de Marta G. Bruno

Marta G. Bruno

Directora de Cultura de LaSemana.es

Licenciada en Periodismo

Estudio Ciencias Políticas

Trabajo en 13TV

Antes en Intereconomía TV, La Razón y Europa Press