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ANÁLISIS DE CULTURA

El Renacido

Fotografía

Por Marta G. BrunoTiempo de lectura3 min
Cultura02-03-2016

Y se produjo el Déjà vu cinematográfico cuando, helada de frío, y no sólo por el contexto de la película, sino también por el aire acondicionado de la sala, El Renacido se me pareció a la también angustiosa película de Kubrick El Resplandor. Y Leonardo DiCaprio, acostumbrado al frío como ya dejó en la memoria del celuloide con Titanic, se mereció el Oscar, aunque no emitiera más que gruñidos durante casi toda la película. Suena a presión mediática adornada con muchos memes, aunque al parecer no debió importarle demasiado si tenemos en cuenta que se dejó olvidada la estatuilla en un restaurante.

Hay quien ponía en duda que el director mexicano Alejandro G. Iñárritu pudiera competir en el empalagoso mundo del celuloide de Hollywood (y encima con la letra “ñ”). Y el que lo hiciera es que no conoce bien su obra, donde las historias se cuentan con imágenes y los diálogos quedan en un segundo plano para admirar la magnanimidad de su fotografía. Y eso no le gusta a toda la crítica. 

 

 Hay quien no comprende como ha podido recibir dos Oscar consecutivos. Con la comparación entenderemos el motivo: 

 Stanley Kubrick fue nominado a mejor director en cuatro ocasiones con ¿Teléfono rojo?, volamos hacia Moscú, 2001: Una odisea en el espacio, La naranja mecánica y Barry Lyndon. Pero se quedó con las ganas de recibirlo. Alfred Hitchcock: nominado por Rebeca, Los naúfragos, Recuerda, La ventana indiscreta y Psicosis, no ganó por estas películas. 

 Robert Altman, nominado a mejor director en cinco ocasiones, nunca lo ganó y tampoco tenía demasiadas ganas de hacerlo. De hecho el cineasta llegó a decir que recibirlo “sería mala suerte” y el final de su carrera. 

 Iñárritu ha podido sobre todos ellos. Se ha camelado a Leonardo DiCaprio, a Brad Pitt, a Michael Keaton. Al público con su obra sobre los aspectos más crueles del ser humano y que hacen recordarnos nuestra condición como animales superada sólo por la lucha por la democracia y la paz. Es en El Renacido donde congenia sin dificultad la crueldad de la naturaleza y del hombre como un elemento más en esos impresionantes bosques canadienses, donde la nación estaba aún por trazar y Leonardo DiCaprio se bate entre la vida y la muerte. 

 Las palabras con las que recogió la estatuilla son necesarias: “Hay una frase en la película en la que Glass - personaje interpretado por DiCaprio- le dice a su hijo mestizo: 'Ellos no te escuchan, solo ven el color de tu piel'. Así que, qué gran oportunidad para nuestra generación: liberarnos de todos los prejuicios, de ese pensamiento tribal, y estar seguros, de una vez para siempre, de que el color de nuestra piel se convierte en algo tan irrelevante como la largura de nuestro cabello".

 Obsesionado por el paso del tiempo. Amante de las microhistorias encadenadas. Claro en sus mensajes: “Si la gente bailara más salsa no habría más guerras mundiales".  Es bueno que directores como Iñárritu entren en la gran industria de lleno (aunque sea dos veces consecutivas). Incluso con Donald Trump.

Fotografía de Marta G. Bruno

Marta G. Bruno

Directora de Cultura de LaSemana.es

Licenciada en Periodismo

Estudio Ciencias Políticas

Trabajo en 13TV

Antes en Intereconomía TV, La Razón y Europa Press