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ANÁLISIS DE SOCIEDAD

Uno de 300

Fotografía

Por Almudena HernándezTiempo de lectura2 min
Sociedad02-03-2016

No, no se trata del primero de los espartanos de aquellas loadas batallas de la historia clásica en la que la heroicidad se mezclaba con dioses y ninfas, ni del más torpe del número de vehículos atrapados en un puerto de montaña tras el temporal con el que se despide febrero. Tampoco se trata del líder del próximo gobierno que se vota estos días en el Congreso de los diputados. El privilegiado de entre esos 300 a estas alturas no hará sombra al Real Madrid de su corazón en la programación deportiva, tras la derrota de los merengues ante los colchoneros que, junto al Sálvame, las telenovelas y los pactos de gobierno, entretendrán a los españoles un buen puñado de días. Pan y circo. Hay cosas que no cambian, aunque nos creamos muy modernos. 

Uno de 300 es la moraleja de la entrevista emitida hace unos días de Bertín Osborne a Íker Casillas, que lleva con orgullo ese nombre vasco porque su padre fue un guardia civil en la época en la que tanto zurró Eta, sí esa banda de terroristas.

Muchos critican la caspa, el compadreo y hasta el mschismo que atisban por doquier en el programa que ha sorprendido las audiencias. Siempre, todos, vemos la molécula de paja en el ojo ajeno. Pero entre arena y arena, la cal viene de la mano del esfuerzo y la superación. Y esa es la viga que sustenta el edificio. 

Íker fue uno de los 300 chavales que entraron un año en las pruebas de selección del mejor equipo del mundo. Y el único que llegó a la cumbre mientras se chupaba horas de atascos y metro, no tenía móvil de última generación y remendaba sus guantes desgastados. Y eso, con la que está cayendo, es la primera de las lecciones que hay que aprender. 

Los niños necesitan no uno, ni 300, miles de ejemplos del trabajo constante, la integridad y la responsabilidad al estilo Íker en esta sociedad en la que, por desgracia, nos quedamos con la apariencia de lo guapa que está su mujer, que él es incapaz de pelar una patata y que el presentador de éxito sentase en el sofá de casa a uno de los hombres que, quizás, presidirá el próximo y escurridizo gobierno de España. 

Pero mientras hay que seguir trabajando,  en todos los ámbitos, por ser uno de 300.

Fotografía de Almudena Hernández

Almudena Hernández

Doctora en Periodismo

Diez años en información social

Las personas, por encima de todo