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ACHIQUE DE ESPACIOS

Un comienzo prometedor

Fotografía

Por Nacho García BarcoTiempo de lectura2 min
Deportes22-09-2002

Ocurrió en Roma y en Múnich, en dos estadios Olímpicos. No podía ser menos. Escenarios semejantes para hazañas idénticas. En su regreso a Italia Zinedine Zidane se puso el traje de delineante, juntó a su prole a su alrededor y juntos comenzaron a ponerle música celestial al fútbol. A esa misma hora, muchos kilómetros al noroeste, Juan Carlos Valerón se sacudía el frío muniqués con latigazos mortales contra la guarida de Kahn. No hubo más que mirar alrededor para comprender la situación que vive el fútbol italiano. Nadie de los allí presentes habían visto nada igual desde hacía tiempo. Primero fue indiferencia tras el gol de Guti, luego silencio cuando llegó el de Raúl. El tercero, de Guti, sólo dejó admiración, aplausos, rendición total. El verdadero valor de este juego se apreció en la ciudad eterna. Partiendo de la condición primordial, la posesión del balón como principal arma de ataque, la movilidad constante, los apoyos, las paredes o la utilización de las bandas, terminó machacando al vulgar equipo de Capello, dejando al aire, además, las vergüenzas que devalúan al calcio. Algo parecido ocurrió en Alemania, donde el Deportivo antepuso el talento, el control y la pegada para derribar el muro del Bayern. Todo ello gracias al bloque de Irureta, que hasta se sobrepuso a la remontada de los alemanes para terminar llevándose el encuentro. El Valencia y el Barcelona no fueron menos y solventaron sus encuentros con firmeza, aunque los azulgranas terminaran complicándose la vida, como suele ser habitual. Con todo ello, y tras analizar el sufrimiento del Milán para ganar, el empate del Juventus, las derrotas del Borussia Dortmund y del Bayer Leverkusen, el comienzo de la Liga de Campeones ratificó que el fútbol español está tan por encima del resto, que otra vez se puede soñar con hacer algo grande. Sin ir más lejos, son la envidia de Europa, donde ya no hay nadie que no se rinda a sus encantos. Manchester, sede de la final el próximo mes de mayo, ya le hace sitio al fútbol español. Europa habla su idioma desde hace varias temporadas y nada parece cambiar. Para bien de todos.

Fotografía de Nacho García Barco