ANÁLISIS DE SOCIEDAD
¿Y la vuelta al cole?
Por Almudena Hernández
3 min
Sociedad08-09-2015
Es previsible. Esta semana la vuelta al cole va a ser noticia: que si su estrés postvacacional; que si la familia no puede conciliar; que si los horarios son imposibles; que si los libros son caros; que si las editoriales sacan tajada; que si cambian las ediciones todos los años; y que si el uniforme; y el comedor; y los recortes en las becas; y la saturación del profesorado; y los niños que retrasan el ritmo de la clase; y las instalaciones obsoletas; y que no hay calefacción; y que no se terminaron las obras a tiempo y los niños van a barracones; y la falta de tecnología en el aula; y lo mal que está el transporte escolar; y las clases extraescolares; y la dieta sana en la escuela; y el deporte y los hábitos saludables; y el acoso escolar y todos sus –ing; y la sobrecarga de deberes; y el exceso de peso en la mochila; y los niños llavero; y los estudiantes con déficit de atención; y los malabares para la inclusión de pequeños inmigrantes; y los niños que llegan cada día sin desayunar; y los que no tienen para comer en casa; y los críos con necesidades educativas especiales; y las clases segregadas por sexos; y la educación en igualdad; y las vueltas con la educación religiosa; y la ridiculización del profesor; y su falta de autoridad; y las clases magistrales; y la enseñanza a la carta; y la formación bilingüe; y el chino; y los madrugones; y las horas de televisión y lo tarde que es el primetime y los contenidos aptos para menores; y el abuso de la realidad multipantalla; y las fiestas infantiles y los cumpleaños multitudinarios; y los regalos caros; y los piojos; y las vacunas; y los eternos resfriados; y lo que tarda en atender el pediatra; y los cansinos grupos de whatsapp de padres de alumnos; y las reuniones del cole; y la reprimenda del tutor; y los castigos a toda la clase por culpa de uno; y ¡tú más! y mi niño es el mejor...
¿Pero qué es lo que necesitan los niños para volver al cole? No hace falta tener el certificado escolar para descubrir que lo único que precisan es cariño y tiempo, que no son adultos en pequeño y que su masa gris es una esponja ávida de aventuras.
No hay que dramatizar pero hay que ser responsables. Todos los meses de septiembre la noticia es previsible. Pero las respuestas a tantas preocupaciones también lo son. La vuelta al cole es una etapa más. Un cambio más que tendrán que aprender a afrontar en una sociedad que cada vez tiene más vértigo a la resiliencia y que cree que la tenacidad, el aprendizaje a base del esfuerzo, fijándose en buenos y cercanos referentes, es cosa de héroes. Y no es verdad.
La vuelta al cole es una misión posible, con dificultades sí, pero que conduce a esas amistades para siempre, al recuerdo de aquellos profesores apasionados que viven por la enseñanza, a las sumas y las restas, las poesías, el universo y las especies. El olor a tiza. Los juegos en el patio. La letra redondita de la tutora en la pizarra. Esa excursión apasionante. El bocadillo del recreo. Los nervios antes de decir la lección. La buena nota en el examen. El paso de curso. El olor de los libros recién forrados. Los cuadernos de cuadritos. Lo bien que queda presentar un trabajo en grupo. Los nuevos descubrimientos. Las anécdotas que cuentan los maestros. Las normas para memorizar datos. El último repaso antes de entrar a clase. Soñar con una profesión que ejercer de mayor. Crecer. Aprender. Vivir. Tener esperanza. Algo que muchos niños en el mundo no pueden plantearse.
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Almudena Hernández
Doctora en Periodismo
Diez años en información social
Las personas, por encima de todo