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ANÁLISIS DE CULTURA

El electricista

Fotografía

Por Marta G. BrunoTiempo de lectura2 min
Cultura11-02-2015

Ojos penetrantes, pero a la vez perdidos. Pómulos hundidos. Cejas pobladas pero perdidas. Y el gran heredero de un artista malagueño aunque el aludido no lo supiera jamás. Se llama Pierre Le Guennec y tiene la convicción de la verdad aunque no la pueda demostrar con el supuesto testigo, porque está muerto. 180 obras sueltas y un cuadernillo con 91 bocetos, obras que entonces no valían tanto como el oro que puede hacer su descendencia con él.

Año 1971, aunque podría ser un año antes o después. Notre-Dame de Vie de los Picasso, en Mougins. Guennec es empleado del artista. Un cartón: “esto es para usted”. Y cuatro décadas después, empolvados los tesoros en un garaje humilde de los Alpes Marítimos, salen a la luz. Sabe que va a morir pronto, y no quiere que sus hijos piensen que son demostración del síndrome de Diógenes. Y un apodo: “primito”. ¿?

Ahora el electricista jubilado de 75 años está señalado porque nadie le cree. Condena de hasta cinco años de cárcel y una multa de 375.000€. Un regalo cubista demasiado caro para aceptar la versión de un hombre sin el poder necesario para guardar los tesoros que son suyos, dice, porque de hecho fue él el que advirtió que de robos, nada.

El arte se ha convertido en un negocio que sólo entiende de regalos si se hace entre poderosos, como se ha hecho siempre. “Hay obras extremadamente importantes que faltan al relato de la historia del arte y que permiten destacar momentos muy importantes”, dice el hijo del pintor que no no se puede expresar desde la tumba. Tampoco lo puede hacer la viuda para la que trabajó durante años porque se suicidó. Son las palabras de una sola voz contra la fuerza de los buitres carroñeros.

El hombre que defiende el legado anuncia que expondrá los dibujos al público y no los venderá si el tribunal le da la razón. El hombre que defiende que fue un regalo tiene un elemento en su contra. Los dibujos no están firmados, sello inconfundible del malagueño. Sin fecha ni lugar, esos dibujos andan desvalidos. Esos dibujos podrían estar manchados de lejía. El blanco más puro que mancha el mundo del arte. Demasiados muertos para conocer la verdad y sospechas, muchas.

Fotografía de Marta G. Bruno

Marta G. Bruno

Directora de Cultura de LaSemana.es

Licenciada en Periodismo

Estudio Ciencias Políticas

Trabajo en 13TV

Antes en Intereconomía TV, La Razón y Europa Press