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IMPRESIONES

¿Dónde están los reyes magos?

Fotografía

Por Álvaro AbellánTiempo de lectura2 min
Opinión06-01-2015

IKEA presenta LA OTRA CARTA ha sido uno de los fenómenos de esta Navidad. La pieza audiovisual, como tal, me parece un acierto, por poner sobre la mesa un asunto de central importancia en la vida familiar y, por eso mismo, social y cultural de esto que llamamos Occidente. El legítimo y necesario mundo de la publicidad encierra entre sus riesgos el buscar el halago fácil y superficial de las marcas hacia sus públicos. A veces esta táctica resulta tan pastelosa como vomitiva –véase el anuncio del Santander “Déjame decirte quién eres”. A veces, ese halago emocional no es un aplauso paternalista, sino un paternalista tirón de orejas que nos recuerda amablemente que olvidamos lo importante y que lo que más te importa es algo, por supuesto, que conoce y promueve tu marca mejor que tú mismo. Ese tufillo desprende, a mi juicio, el anuncio de Ikea (las mayúsculas no la hace más importante). Desde pequeño me he hecho siempre esta pregunta: “¿Dónde están los reyes magos?” Creo que es una cuestión que todos nos hacemos y no sé por qué a tantos adultos les resulta incómoda. No es muy distinta de: “¿dónde está Jesús?”, para la que muchos creyentes tienen buenas respuestas. Tampoco es muy distinta de “¿dónde está el amor?”, interrogante con el que todos convivimos a diario y, aunque difícil, no nos resulta nada esotérico. Muy mal hemos explicado las cosas a nuestros pequeños –muy mal nos las hemos explicado a nosotros mismos– cuando tememos respuestas del tipo: “Los reyes son los padres”. Porque es evidente que los verdaderos reyes del universo, para cualquier hijo pequeño, son sus padres, y eso nos lo deja intuir bien el anuncio de Ikea. Y porque es evidente también que los reyes magos, como el amor, como el niño Jesús, actúan gracias a los padres, en connivencia con ellos, conspirando –respirando el mismo aire de intimidad– que ellos. Lo que parece que a muchos padres les cuesta reconocer es una verdad mucho más profunda y difícil: que el niño-Dios, que el amor y que los reyes magos, cuya existencia es eficaz y poderosa aunque invisible y discreta, superan infinitamente a los padres. Lo cuenta Benedicto XVI en su Infancia de Jesús. Los reyes magos tienen existencia histórica, y psicológica, y ética, y espiritual, y muy real, y no están en ninguna parte porque están en todas partes. Y se hacen presentes a quien quiera colaborar con ellos, con su sabiduría mundana y divina, con su entrega por amor, con sus regalos. Y todos los niños desean con toda su fuerza descubrir el rey mago que hay en ti. Porque el milagro de la Navidad sucede, pero no puede suceder en ti, sin ti.

Fotografía de Álvaro Abellán

$red

Doctor en Humanidades y CC. Sociales

Profesor en la UFV

DialogicalCreativity

Plumilla, fotero, coach