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ANÁLISIS DE ESPAÑA

Demasiado experto

Fotografía

Por Alejandro RequeijoTiempo de lectura2 min
España13-10-2014

Somos un país de expertos. En lo que sea. España, ya se sabía, tiene 40 millones de seleccionadores de fútbol. Pero además tiene una facilidad pasmosa para fabricar especialistas en todo tipo de materias dispares. De la noche a la mañana, España pasó a tener 40 millones de especialistas en Formula 1 y hablar con soltura de las diferencias entre los neumáticos blandos y los duros. A la fuerza, la prima de riesgo se coló en las conversaciones cotidianas. La Economía dejó de ser algo reservado a los aburridos de la fiesta. En poco tiempo todos tenían una teoría macroeconómica para sacar a España de la crisis. Ahora este país cuenta con 40 millones de especialistas en medicina y enfermedades contagiosas. Sobre todo controlamos de Ébola. En cinco días todos sabemos quién ha tenido la culpa del contagio de Teresa Romero, aunque lo cierto es que pocos pasarían a aún a día de hoy un examen serio sobre cómo se contagia el virus. Porque hay algo común a tanta sabiduría politematica. Pocas veces esta especialización express busca el sincero conocimiento de la materia que, como todo aprendizaje, debería basarse en la duda. Dudar, algo tan humano como eso. En España solemos hacerlo al revés: primero llegamos a la conclusión y después construimos la teoría. Se duda poco. Picoteamos de aquí y allí los argumentos que más refuercen nuestra conclusión preconcebida en base a criterios tan científicos como lo bien o lo mal que te caiga el personaje a atizar o defender. Y es que en España no se buscan respuestas, sino culpables. Ya sea un entrenador por no convocar a Raúl o mantener a Casillas, un mecánico que la pifia al cambiar una rueda, Fernando Alonso por culpar al coche cuando no gana, Ana Mato por ser ministra del PP o una profesional sanitaria por necesitar un máster para quitarse un traje. Ríos de tinta, minutos de radio y televisión. Opiniones para todos los gustos. Han surgido expertos oficiales en la materia hasta debajo de las piedras. Y quien no tenía un experto a mano, tiraba del cuñado de un amigo de una prima de un señor de Murcia que tuvo una novia enfermera que dice que... “los trajes eran insuficientes”, “no había información”, “estos sólo pasa en España, país de pandereta", "esto en EEUU sería impensable” (pues toma, un caso idéntico en Dallas). Todo esto, facilitado por la desafortunada política de comunicación del Gobierno, ha generado un exceso de ruido informativo que imposibilitó conocer la verdad. Pero la verdad a veces es lo de menos. Días y días dándole vueltas a la cosa y aún no sabemos cómo se infectó Teresa Romero. Seguramente nunca lo sabremos. Que se salve, eso es lo más importante. Y así de paso España podrá buscarse otro tema en el que especializarse para seguir linchando.

Fotografía de Alejandro Requeijo

Alejandro Requeijo

Licenciado en Periodismo

Escribo en LaSemana.es desde 2003

Redactor de El Español

Especialista en Seguridad y Terrorismo

He trabajado en Europa Press, EFE y Somos Radio