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ANÁLISIS DE ESPAÑA

ETA se abona al teatro

Fotografía

Por Alejandro RequeijoTiempo de lectura3 min
España17-03-2014

Tan viejo como la existencia misma del terrorismo es el debate sobre su tratamiento en los medios. Desde siempre ha habido corrientes partidarias de no informar sobre las acciones terroristas pues esa difusión forma parte del objetivo mismo de sus actividades. Una de las diferencias entre un militar y un terrorista ante una misión concreta es que el primero se limita a cumplirla mientras que el segundo, además, necesita darla a conocer. Si no se publicita, no sirve a sus intereses de subvertir el orden establecido contra el que se rebela. La experiencia dice que en los lugares afectados por el terrorismo en los que se optó por el silencio informativo se acababa amplificando el problema. La falta de información daba lugar a la rumologia extraoficial plagada de leyendas sin rigor alguno que terminaba por construir un enemigo desconocido. El miedo en las sociedades se tornaba mayor. En España eso nunca ha pasado. Con mayor o menor acierto las actividades de ETA son una constante en los medios desde hace décadas. Pero ETA ya ha sido derrotada y últimamente sus actividades y las de su entorno  se limitan a meras acciones propagandísticas destinadas básicamente a evitar que la sociedad española y la vasca en particular terminen de pasar página. Evitar que muera lo que ellos llaman proceso. Evitar que la cuestión de ETA deje de marcar buena parte de la agenda política.  ‎ Consiste en cada cierto tiempo realizar actos con los que mantener presentes las reivindicaciones sobre el desarme, los presos, los huidos... pero cada cuál es más patético. Tan es así que uno se plantea de nuevo el debate antes citado. ¿Es necesario, responsable, conveniente informar al detalle de todos ellos? ETA ya no mata, por lo que parece descartada la posibilidad de una alarma social.‎ Basta echar un vistazo a los últimos acontecimientos vividos. Pura escenificación fue la falsa entrega de armas que se llevaron de vuelta los terroristas en una caja de cartón con los verificadores como comparsa. Pura escenificación  ‎es la campaña de los presos para pedir acercamientos. Sin ningún arrepentimiento, sin cumplir la Ley (que entre otras cosas exige renegar de ETA), dando una apariencia de decisión individual lo que no es más que una nueva estrategia colectiva para presionar (repetida en el pasado sin éxito, por cierto). Lo último ha sido el anunció de los supuestos huidos que vuelven a casa. Supuestos huidos porque ya no tienen ninguna causa pendiente y podrían haber vuelto hace años. El problema es que ETA no les dejaba. Es tan vacío el contenido de estos actos que evidentemente el titular fue para las víctimas que les instaron a decir lo que sepan sobre los centenares de asesinatos sin resolver. Como también se llevó el titular aquel periodista que en Durango se limitó a recordar a 50 excarcelados etarras la oportunidad que tenían para pedir perdón. No lo hicieron. A la actitud de las víctimas o de aquel periodista hay quien lo llama provocar. Son los mismos que acusarían de provocar a aquel que hace siglos se atreviese a decir que la Tierra no era plana.  ‎En fin, si no dejar de contar los últimos pasos de ETA y los suyos, al menos desenmascararlos como lo que son.‎ Puro teatro.

Fotografía de Alejandro Requeijo

Alejandro Requeijo

Licenciado en Periodismo

Escribo en LaSemana.es desde 2003

Redactor de El Español

Especialista en Seguridad y Terrorismo

He trabajado en Europa Press, EFE y Somos Radio