IMPRESIONES
Oda a la planificación
Por Álvaro Abellán
2 min
Opinión16-12-2013
Queríamos disfrutar de nuestros últimos descubrimientos poéticos un par de días antes de nuestra próxima actuación, este martes 17 en el Colegio Mayor de la Universidad Francisco de Vitoria. Nos reunimos cuatro amigos cargados de libros, bebida, comida y buen humor. Llevamos cada uno lo mejor que teníamos en ese momento en nuestra casa y nuestra alma. Creo que fue durante la segunda botella de vino, después de unas cervezas jamoneras y de unos quesos exquisitos, cuando uno de nosotros –no mentaremos su nombre para no airear sus vergüenzas– dijo: “Hagamos un guión”. Ancia, así nos hacemos llamar, somos un número muy indeterminado de amigos muy concretos. Nos reunimos desde hace años en los salones de nuestras casas para disfrutar de la amistad, la poesía, y los grandes temas de la vida. Alguien nos invitó una vez a hacer eso mismo en público y desde hace ya 13 años nos salen uno o dos bolos por temporada. Nuestra actuación, por tanto, no es una obra de teatro, ni un recital. Nuestra actuación consiste en abrir nuestra amistad, discusiones, alegrías y penas, lecturas y el salón de nuestras casas –virtualmente trasladado al lugar donde nos inviten– a todos los que quieran participar de nuestra intimidad. Nuestra actuación es nuestra misma amistad en el acto de compartir lo que nos importa. Ahora entenderás el chaparrón de críticas e improperios que sufrió quien quiso hacer el guión. Como además somos todos profesores universitarios y sufrimos la hipertrofia de la burocratización y planificación del plan Bolonia, teníamos mucha leña que echar al fuego. Llegamos incluso a parafrasear a Benedetti y su irónica Oda a la pacificación. Nos bastó cambiar “pacificar” por “planificar” y “paz” por “plan”, y éste fue el resultado: “No sé hasta dónde irán los planificadores con su ruido metálico de plan pero hay ciertos corredores de seguros que ya colocan pólizas contra la planificación y hay quienes reclaman la pena del garrote para los que no quieren ser planificados cuando los planificadores apuntan por supuesto tiran a planificar y a veces hasta planifican dos pájaros de un tiro es claro que siempre hay algún necio que se niega a ser planificado por la espalda o algún estúpido que resiste la planificación a fuego lento en realidad somos un país tan peculiar que quien planifique a los planificadores un buen planificador será”. No tenemos nada contra el teatro. Tampoco tenemos nada contra una sana organización. Al contrario: como todos los amantes de la poesía, disfrutamos del teatro y de todo orden que respete y acreciente la dignidad del ser humano. Y por respeto a nuestra amistad en Ancia, como ya habrás adivinado, llegará el martes a la noche y no tendremos guión.
