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IMPRESIONES

Salvaciones

Fotografía

Por Álvaro AbellánTiempo de lectura2 min
Opinión05-12-2013

Escribía yo hace dos semanas que las únicas verdaderas son las ideas de los náufragos. Entonces confesaba mi temor de no volver a escuchar en vida a un gran amigo. Ya puedo confirmar que así ha sido, y que es amiga: Irene Vázquez Romero. RIP y JOY. Aquel artículo quedó a medias, pues a medias quedó la historia que lo inspiraba. Hoy debemos completarlo. Una vez amarrados a las únicas ideas que nos salvan del naufragio, podemos mirar a nuestro alrededor y escoger qué queremos salvar con nosotros. Porque Alguien nos amó primero, con un amor mayor que la muerte, nuestros amores elevan lo amado y lo salvan con nosotros. Cuenta Ortega y Gasset en el prólogo a sus Meditaciones del Quijote que los humanistas del XVIII denominaban salvaciones a escritos cuyas pretensiones eran más o menos las siguientes: «Dado un hecho –un hombre, un libro, un cuadro, un paisaje, un error, un dolor–, llevarlo por el camino más corto a la plenitud de significado. […] Hay dentro de toda cosa una posible plenitud. Un alma abierta y noble sentirá la ambición de perfeccionarla. […] “La salvación” no equivale a loa ni ditirambo […] Lo importante es que el tema sea puesto en relación inmediata con las corrientes elementales del espíritu […] Una vez entretejido con ellos, queda transfigurado, transubstanciado, salvado». Irene formaba parte de ese círculo de amigos míos –no diré nombres, pues no son pocos– que dedica buena parte de su vida a las salvaciones. Repasen cualquier artículo de su blog, por ejemplo, Basado en hechos reales, en el que una mosca nos proporciona la imagen de nuestra necesidad de Salvación y nos prepara para un nuevo Adviento. Algunos escribimos, otros cuentan, otros regalan, otros acogen, otros escuchan… son muchas las formas de llevar un hecho, un dolor, un hombre, un libro… a plenitud. Aunque todas empiezan por la comprensión y por eso no es raro que yo insista: especulemos, especulemos. Especular, teorizar, es la actividad que nos permite comprender lo concreto y descubrir su sentido, para poder amarlo llevándolo a plenitud. Las únicas ideas verdaderas son las de los náufragos. Juntos, las buscamos. Eso no deshace el caos de la vida, pero ordena, una y otra vez, cada una de las nuestras. ¿Cómo? Vinculando, conservando y llevando a plenitud todos los amores que esperamos que algún día sean definitivamente rescatados. Cuando nos sabemos salvados, sólo nos resta ocuparnos de muchas otras salvaciones.

Fotografía de Álvaro Abellán

$red

Doctor en Humanidades y CC. Sociales

Profesor en la UFV

DialogicalCreativity

Plumilla, fotero, coach