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SIN ESPINAS

La metáfora del fútbol

Fotografía

Por Javier de la RosaTiempo de lectura2 min
Opinión16-06-2002

El fútbol es una metáfora de la vida. "¡Hala el chalao!", dirán algunos. No señores, no tengo complejo de Valdano. Pero miren que me lo creo después de los ciento veinte minutos de sufrimiento que he vivido con el España-Irlanda. ¿Será posible que en un presente tan corto como la duración de un partido se mezclen tantos elementos? Que se pase por delante nuestra historia de mala suerte en los mundiales. Que, dependiendo de cómo se pongan los partidos, los rivales tengan una talla u otra. Un partido de fútbol es la única realidad en la que sería posible justificar el relativismo. Con perdón de los filósofos realistas, niéguenme que el aficionado irlandés y el español hayan visto y vivido dos partidos diferentes. Pero me quedo con el sufrimiento de unos y de otros, muy diversos también. Los españoles porque no nos marcaran hemos sufrido hasta el minuto 90. Y de nada sirvió el sufrimiento. Ellos por marcar antes de que se les acabara el tiempo. Y de algo sirvió el sufrimiento. Pero luego perdieron en los penaltis. Y de nada sirvió el sufrimiento. Y los españoles ganaron porque tuvieron la suerte de contar con un buen portero. Y mereció la pena haber sufrido. ¿Por qué? ¿Porque los frutos del esfuerzo son extraordinariamente dulces? ¿Porque no hay alegría mayor que la que deviene del sufrimiento? Y ahora digo, si ganamos todos los partidos con holgura y sin sufrimiento ¿llegaríamos a experimentar la explosión de alegría que hemos vivido con las paradas de Casillas o el gol de Mendieta? El fútbol no es cómo la vida, pero sí una metáfora. Porque si no conociéramos la tristeza de quedar apeados de un mundial injustamente, no saborearíamos la alegría que nos deparó la buena fortuna de un joven guardameta. Porque no hay una buena recompensa sin un esfuerzo sufrido. Y entonces me pregunto, si hubiéramos perdido: ¿hubiese merecido la pena el sufrimiento?

Fotografía de Javier de la Rosa