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ANÁLISIS DE CULTURA

El bueno de la clase se llama Finlandia

Fotografía

Por Marta G. BrunoTiempo de lectura3 min
Cultura06-11-2013

Viernes, 16 de agosto. Se cierra un capítulo de su corta vida, suficiente para trazar la madurez exacta que le permita vivir fuera de su país. Las cosas no están nada bien aquí. A cuentagotas se publican informaciones que van cortando pluma a pluma las alas de la esperanza: la spanish way of life no es la que le vendieron en el colegio, en la calle, o en su círculo de amistades. El optimismo exagerado murió víctima de su propio éxito. Han pasado dos meses desde entonces. La situación no es mucho más halagüeña que cuando se fue. Huelgas, tasas cada vez más altas, decepción, un sistema de becas Erasmus en peligro de extinción y lo más preocupante: un plan educativo que deja mucho que desear. ¿Por qué no aprenderán de otros países, en lugar de mirarnos el ombligo? Se pregunta. No nos engañemos. Dejando de lado demagogias varias, esta situación no viene propiciada sólo por la crisis actual. Es que España vive atrapada en una maraña de reformas educativas, a cada cual más mareante, a cada cual menos efectiva. Conocimientos que tan pronto se aprenden se esfuman de nuestra memoria, prueba de que el modelo de estudio sigue siendo el de aprendérselo dos días antes de ir al examen: doce leyes educativas pero ninguna de calado. Lo intentamos con el ensayo del plan Bolonia, también con el modelo dual alemán. Pero la competitividad sigue siendo un experimento fallido y un error en esta suerte de integración europea. Muchos jóvenes no saben hacia dónde van, y por eso el abandono escolar de los españoles dobla la media europea. Una tasa que si es ahora un poco más baja es porque es difícil dejar los estudios para trabajar cuando lo segundo está complicado. En estos momentos confusos hace falta mirar al que lo hace mejor para al menos parecerse un poco. Y entre ellos el bueno de la clase se llama Finlandia, país que ha forjado una economía fuerte y que cada vez obtiene mejores datos en los informes de Pisa. ¿Gasta más que nosotros? La respuesta es negativa, en realidad España gastó en 2010 más por alumno de secundaria que el país nórdico, según los datos de la OCDE. ¿Por qué nos superan? Porque allí los profesores tienen libertad para controlar los planes de estudio, no se ven atados por el yugo de un sistema educativo anticuado como el español. Y la Educación allí se mantiene legislatura tras legislatura, sin importar el color político del Gobierno. Se trata de un país donde la gran mayoría de los colegios son públicos, donde hasta el comedor es gratuito, y en el que la enseñanza obligatoria comienza a los siete años, lo que no signifique que sean unos catetos hasta entonces. Los colegios motivan a sus docentes, que para serlo deben ser los mejores, y son una figura clave en el desarrollo intelectual del niño. Ahora ponga en dos listas las claves de cada uno de los sistemas educativos. ¿Tan difícil es cambiar el nuestro?

Fotografía de Marta G. Bruno

Marta G. Bruno

Directora de Cultura de LaSemana.es

Licenciada en Periodismo

Estudio Ciencias Políticas

Trabajo en 13TV

Antes en Intereconomía TV, La Razón y Europa Press