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ANÁLISIS DE SOCIEDAD

Lampedusa, menuda suerte

Fotografía

Por Almudena HernándezTiempo de lectura2 min
Sociedad09-10-2013

Sí, seguramente que también habríamos muerto ahogados en las bodegas de ese barco hundido en el Mediterráneo de Lampedusa. Sí, lo más probable es que antes, durante años, hubiésemos trabajado hasta el extremo e, incluso, toda la familia estaría endeudada para pagar a las mafias sus servicios de traslado de inmigrantes. Sí, nosotros también seríamos de ellos, de esas víctimas del naufragio de Lampedusa, o de quienes mueren aplastados en los bajos de un camión en un paso fronterizo, o de esos otros que prefirieron un tren o un avión a una neumática o una patera. La decisión sería indiscutible: la guerra, el hambre, la injusticia de una situación de desesperanza, las necesidades básicas no cubiertas de las personas queridas, la búsqueda de la oportunidad más alentadora que la que no ofrece ese lugar donde estamos... Todo ello justificaría arriesgar la vida rumbo a Europa, ese paraíso utópico que al sur del Mediterráneo es el Dorado, pese a la crisis, el paro y las muchas cosas que hay que mejorar. La mugrienta europa brilla para los ojos de sus vecinos del sur. Pero no, por mucha empanía que tratemos de practicar hacia las víctimas de Lampedusa jamás lo entenderemos. Mientras Europa se escandaliza por el abultado recuento de muertos, ignora los muchos miles que fallecieron tratando de cruzar el mare nostrum en las úlimas décadas. Escandaliza la magnitud numérica de la tragedia de la isla italiana. Pero también nos dolería la pérdida del alma de ese cadáver de tez oscura que apareció con el oleaje en cualquier playa del sur de Europa para fastidiarnos el baño. Es más, nos marcaría la vida saber que uno de los de inmigrantes muertos es uno de los nuestros, con nombre y biografía, que nunca volverá y, peor aún, que jamás verá cumplir su sueño. Pero, no, nosotros no hemos nacido en un país sembrado de guerra y hambrunas. No, nuestra piel no es tan morena como la de esos seres desconocidos que han perecido en el Mediterráneo de Lampedusa. Menuda suerte.

Fotografía de Almudena Hernández

Almudena Hernández

Doctora en Periodismo

Diez años en información social

Las personas, por encima de todo