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ESTADOS UNIDOS

Bush anuncia la creación de un Ministerio de Seguridad Interna

Por Ángela González RodríguezTiempo de lectura2 min
Internacional08-06-2002

La Oficina para la Seguridad Interior, cuya creación fue anunciada el pasado 20 de septiembre, será transformada en Ministerio y estará dotada con poderes más amplios y contará con una nueva agencia de inteligencia.

El nuevo Ministerio unificará bajo su mando a más de 100 organizaciones federales y tendrá jurisdicción sobre todas las agencias de la frontera, incluida la Guardia Costera, Aduanas e Inmigración. Esta medida supone un cambio radical en la política de Bush quien, hasta el momento, había resistido las propuestas del Congreso que pedían un reforzamiento de poderes del actual jefe de la Oficina para la Seguridad Interior, Tom Ridge, quien sólo disponía del rango de consejero presidencial, sin Cartera ni presupuesto. Esta decisión presidencial coincide con la investigación que está llevando a cabo el Congreso sobre el mal funcionamiento de la Oficina Federal de Investigación (FBI) y la Agencia Central de Inteligencia (CIA), que quedó patente tras los atentados del 11 de septiembre. No obstante, la nueva medida ha suscitado protestas entre varios representantes demócratas como John Conyers y David Obey, quienes afirman que "el Gobierno debe dejar de trabajar en secreto y comenzar a trabajar con el Congreso" y que las reformas deberían centrarse en reorganizar la CIA y el FBI, los dos elementos más críticos del aparato de seguridad estadounidense. Los legisladores demócratas mostraron su preocupación ya que creen que el plan no ser más que un intento gubernamental de desviar la atención de la nación ante los problemas de la CIA y del FBI. Tras las declaraciones de la agente del FBI Coleen Rowley ante la Comisión Judicial del Senado estadounidense se ha desatado el miedo ante posibles nuevos atentados. Rowley acusó al cuartel general del FBI en Washington de haber obstaculizado la investigación sobre el francés Zacarias Moussaoui, detenido como sospechoso de haber participado en la organización de los atentados del 11 de septiembre. Recientemente se ha sabido que el cerebro de este atentado, Mohamed Atta, se presentó en la delegación del Departamento con la intención de solicitar una ayuda del Gobierno para comprar una avioneta de dos motores con capacidad de seis pasajeros. La idea inicial era diseñar una bomba voladora cargada de productos químicos o explosivos pero según las confesiones de Abu Zubadydah -lugarteniente de Al Qaeda detenido por EE.UU. el pasado marzo-, el grupo terrorista cambió sus planes al comprobar que no podían comprar avionetas por no cumplir los requisitos mínimos para obtener la subvención. El último de los fallos que se atribuye a los servicios de inteligencia es el caso omiso que éstos hicieron a una llamada telefónica interceptada por la Agencia de Seguridad Nacional (NSA). La conversación, que se desarrolló en árabe, anunciaba un "acontecimiento importante" el 11 de septiembre de 2001.

Fotografía de Ángela González Rodríguez