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ANÁLISIS DE CULTURA

El tarifazo catalán

Fotografía

Por Marta G. BrunoTiempo de lectura2 min
Cultura03-07-2013

El perro, cuando ladra, no siempre muerde. Lo dice el refrán y también se puede aplicar a la vida misma. Detrás del ladrido malhumorado de los máximos responsables de las finanzas catalanas se encuentra un cachorro desvalido, al que conviene ayudar, no por ellos, sino por los miles de ciudadanos que sufren sus políticas. El perro ladrador se empecinó en promocionar su cine. Mientras Educación, Sanidad y los funcionarios catalanes sufren recortes de 3.000 millones de euros desde 2011, el Gobierno de la Generalitat aprobaba el pasado mes de mayo nuevas subvenciones para el doblaje al catalán. Mientras muchos ciudadanos salían a la calle para protestar por los nuevos tijeretazos, el Diario Oficial de la Generalitat catalana publicaba la aprobación de 706.141,06 euros para "iniciativas destinadas a aumentar los estrenos comerciales de largometrajes doblados o subtitulados en lengua catalana para el año 2013". La cantidad, según reza la publicación, podrá aumentar. Y las ayudas superan ya el millón con creces. La guinda de la incongruencia la ponen dos hechos. El primero, que pese a llorar sin discreción al Gobierno central para flexibilizar objetivos de déficit, el despilfarro siga su caudal como si de la época del deshielo se tratara. El concierto para la libertad de Cataluña celebrado hace apenas unos días costó dos millones de euros y TV3, la misma que ahora mismo es insostenible tal y como la conocemos, la elegida para retransmitir la jornada de júbilo independentista con un despliegue electoralista pagado con dinero público. Y la segunda pata de este banco, no menos devorada por la carcoma, es la posibilidad de que los ciudadanos catalanes vuelvan a rascarse el bolsillo con una tasa para financiar el cine. Efectivamente, dos meses después de que se aprobaran subvenciones a la ligera. La broma le costaría al catalán entre 6 y 10 euros, pagando por ver la televisión o por medio de la conexión a internet. El dinero no saldrá de la venta de entradas en taquilla porque “los exhibidores han sufrido mucho”, dice la Academia de Cine Catalán. Mejor pagarlo de tapadillo, aunque no vayan al cine. La broma les está saliendo cara. El tarifazo catalán parece el nombre de una película, pero es la triste realidad.

Fotografía de Marta G. Bruno

Marta G. Bruno

Directora de Cultura de LaSemana.es

Licenciada en Periodismo

Estudio Ciencias Políticas

Trabajo en 13TV

Antes en Intereconomía TV, La Razón y Europa Press