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IMPRESIONES

Las camisetas del arquitecto

Fotografía

Por Álvaro AbellánTiempo de lectura2 min
Opinión02-05-2013

“No os especialicéis hasta que os pongan una pistola en la cabeza”, les decía el arquitecto y diseñador Pepe Cruz-Novillo a un puñado de alumnos de Arquitectura, Diseño y Bellas Artes de la Universidad Francisco de Vitoria. “La vocación tiene un componente muy importante de decisión personal”, añadía el artista Javier Riera. Fue un placer disfrutar de ambos profesionales que, a su éxito en sus respectivas profesiones creativas, suman una sabiduría vital muy personal, que se atreven a compartir con alumnos y colegas. Volveré a escribir sobre ese encuentro entre profesores y alumnos reflexionando juntos sobre la pregunta ¿Es posible vivir de una vocación?. Hoy, apenas quiero destacar una sola idea que es originalmente universitaria pero que las modas y las presiones de nuestro tiempo se encargan de despreciar: la innovación y la creatividad están reñidas con la hiperespecialización. Y si la hiperespecialización es antiuniversitaria –así queda enunciado por los grandes, y no paraba de repetirlo Einstein-, lo es precisamente porque de un universitario se espera que sea innovador. Entre los estudiantes con los que conversaban Javier y Pepe, la mayoría jóvenes entre los 18 y 20 años, había muchos derrotados por el panorama de crisis económica y laboral. “No vamos a poder hacer casas”, decían algunos. “¿Y acaso un arquitecto sólo vale para hacer casas? ¿Creéis que vuestra formación universitaria sólo os prepara para hacer una sola cosa?”, insistía Cruz-Novillo. “¿Qué problema hay en que un arquitecto diseñe camisetas?” En aquel momento la frase me hizo mucha gracia. No me pareció una afirmación gratuita, y pronto descubrí que el Estudio Cruz-Novillo es responsable de una colección de camisetas con estampados de conocidos lienzos a los que el portador de la camiseta pone su propio rostro. El propio Pepe llevaba una (bajo la cazadora, por lo que no la descubrí hasta más adelante). Hoy se venden con exclusividad en el Museo Thyssen-Bornemisza, con estampados de las piezas permanentes que se exponen en dicho museo. ¿No es terrible que en ambientes universitarios con carreras tan creativas, los propios alumnos constaten una visión demasiado estrecha de sus posibilidades de desarrollo creativo y profesional? ¿No es esa falta de imaginación la que nos lleva a contemplar la destrucción de empleo de brazos cruzados, como si todo consistiera en “esperar” a que surja un trabajo, en lugar de ponernos a crear nosotros mismos un trabajo que resulte valioso para quienes sí tienen dinero?

Fotografía de Álvaro Abellán

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Doctor en Humanidades y CC. Sociales

Profesor en la UFV

DialogicalCreativity

Plumilla, fotero, coach