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CRÓNICAS DEL ESPACIO INTERIOR

Gente, gentecilla, gentuza

Fotografía

Por Álvaro AbellánTiempo de lectura2 min
Opinión20-05-2002

Conservo el número uno de La Razón por ser el primer diario de información nacional que he visto nacer desde que tengo espíritu periodístico. En la sección de Opinión de ese primer ejemplar -todo número uno es una declaración de intenciones- aparece un apartado gráfico con retratos agrupados en tres categorías: Gente, Gentecilla y Gentuza. La presencia de cada fotografía queda justificada por un breve comentario impreso bajo ella. Aquella sección, ya difunta, nació para catalogar a los personajes públicos de forma definitiva, total, hierática y hasta ontológica. No es como los inocentes “Sube” y “Baja” de otros medios, orientados a valorar una actitud o acción concreta -nunca a la persona que la acomete- con lo que impulsan o refrenan la popularidad o bien obrar de los analizados. En La Razón no se daba esa oportunidad de cambio o de redención. No obrabas mal o bien: eras bueno o malo. Pero no sólo esa predestinación al Cielo o al Infierno me llamaba la atención. También la forma de entender a los personajes públicos, incluso a los mejores: “Gente” -plural indiferenciado- eran los buenos, jamás personas, con carácter social, pero también, íntimo e individual. Aquella clasificación pasó de la reflexión al olvido pasando por la memoria. Gracias a ese tránsito intermedio la pude rescatar estos días, cuando un amigo me preguntó por los líderes reunidos en la Cumbre de Madrid. No me atreví a llamarlos “gente”, ni a clasificarlos, ni siquiera a valorar sus actitudes personales, pero le hablé a mi amigo en clave de “personajes”, como si de una novela o película se tratara. Le dije que los líderes allí reunidos no me parecían protagonistas ni de drama ni de tragedia. Quizá ni siquiera de comedia. Que algunos me parecían regulares secundarios y que la mayoría serían buenos extras: de esos presentes ausentes, decorado vivo. Y él, sagazmente, como un niño pequeño, me preguntó: ¿Entonces el futuro del mundo no es drama, tragedia ni comedia? ¿Y qué es? Y musitó, dubitativo: Tal vez el verdadero protagonista aún no ha aparecido...

Fotografía de Álvaro Abellán

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Doctor en Humanidades y CC. Sociales

Profesor en la UFV

DialogicalCreativity

Plumilla, fotero, coach