ANÁLISIS DE LA SEMANA
La unión hace tanta fuerza que aplasta
Por Raquel González
2 min
Economía12-05-2002
Fiebre por unirse, por no quedarse fuera de váyase a saber qué. Tú más yo, igual a nosotros. Nosotros más vosotros, igual a muchos juntos. Muchos juntos por aquí, muchos juntos por allá, igual a uniformidad, demasiada uniformidad. Resultado: poca pluralidad, facilidad de manipulación, acatamiento de todo por parte de todos sin apenas ser conscientes. Peligro. No hay que quedarse fuera, eso dicen. Y si no entramos, ¿qué pasará? Mejor no osar averiguarlo. A unirse y punto. Pasó la semana con el anuncio de la unificación informativa en España. Porque la tan cacareada fusión no es simplemente de dos plataformas digitales, es la unión de dos voces, hasta ahora más o menos alternativas, del panorama mediático español. Sorprendería al lector, radioyente o telespectador corriente saber que los grandes medios de comunicación están todos en manos de las mismas personas. Que televisiones, periódicos, revistas, radios... están unidos por una telaraña subterránea que enlaza a unos con otros. La pluralidad informativa está seriamente dañada. Pero eso importa poco mientras haya capitales que crecen (y crecen y crecen) de por medio. De hecho, mientras la pluralidad informativa echaba a temblar, la Bolsa veía cómo las acciones de las empresas de comunicación en cuestión aumentaban a niveles muy aceptables. Fue un revulsivo, aunque como mandan los cánones del mercado bursátil, no hay que cantar victoria hasta final de semana, donde de nuevo hubo un bajón considerable que hizo perder la cota psicológica de los 8.000 puntos. Aunque aún no se haya formalizado la unión, sí parece todo dispuesto para que Argentina y el FMI formen piña. El Gobierno del Eduardo Duahlde está dando el sí a todo aquello que reclama el FMI. Es una relación interesada ésta, sólo hay motivos pecuniarios de por medio, para variar... Mientras, España a quien se sigue queriendo parecer es a Europa. Por eso se continuan adoptando los mismos modos de medición. Ya pasó con la contabilidad del IPC y ahora ocurrirá con la Encuesta de Población Activa que tendrá un nuevo modo de contar los parados que habitan en España, que por cierto, los últimos datos dicen que han disminuido. Y a pesar de la fiebre fusionaria, no siempre acaba bien todo lo que se une. El BBVA es un buen ejemplo. Quizá fuese una fusión acertada para incrementar beneficios, pero algunas personas responsables de esa fusión parece que no han jugado limpio, con lo cual la que sale perjudicada es la imagen del gran banco. Se averiguarán más cosas cuando las dos cabezas visibles de la fusión, Francisco González y Emilio Ybarra se vean las caras ante el juez Garzón.
