Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

ANÁLISIS DE CULTURA

Primera plana

Fotografía

Por Marta G. BrunoTiempo de lectura2 min
Cultura25-10-2012

Hubo un tiempo en el que la imaginación llenaba los salones de las casas. El mayor consuelo y divertimento de muchas familias estaba en reunirse todos juntos para escuchar la radio. Ese aparato no sólo era útil, sino que se convirtió en un miembro más de la casa. Después llegó la televisión. Aunque no había mucho contenido donde elegir, se convirtió en un medio que reunía familias enteras. Era otra generación. La autora de estas líneas no ha vivido la primera y sí la segunda en sus últimos coletazos. Hoy puede que la televisión sirva como unión en casa, pero ahora entran en juego muchas otras variables. La oferta de canales ha hecho que más que ayudar, fomente batallas campales en casa por escoger un programa. Uno de ellos tiene que resignarse. Conclusión, no le queda otra que adaptarse a su contrincante o irse a la cama a leer un libro. La cuestión está en qué programa escoge, si prefiere un programa en el que un grupo de chavales se dedica a enseñar carnes, emborracharse y dar importantes patadas al diccionario lo mejor es abandonar el ruedo. Internet sigue siendo el plato fuerte de los últimos años y en concreto las redes sociales, tan ventajosas como peligrosas. Twitter es una de ellas: ahora todo el mundo juega a ser periodista, aunque no lo sea. Y ahora los cuchillos no se lanzan de editorial a editorial, sino de tuit en tuit. Su utilidad es enorme, pero a la vez puede llevar al tuitero a la verborrea. Hay que ser escrupuloso. A veces es muy importante comunicarse con alguien que haya vivido experiencias en el pasado, cuando la creatividad era cosa del día del día. Sentarse a su lado y escuchar anécdotas, para luego reflexionar. En el caso del periodismo, el oficio se vivía de otra manera. Máquinas de escribir, mucho tabaco en la hora del cierre y alguna que otra botella de whisky. Recomendable es la película Primera plana (1974), en la que Billy Wilder ironiza sobre el peculiar y vertiginoso ritmo de trabajo del plumilla. Cada vez queda menos de lo que era el oficio, hoy sumido además en una crisis que le afecta con especial crueldad. ¡Si Francisco Umbral lo viera! él también se peleaba con sus colegas de profesión, pero de editorial a editorial. Tenía más gracia. Eso sí, pase el tiempo que pase, la pasión sigue siendo la misma. Sentirse testigo de la historia es su gran recompensa.

Fotografía de Marta G. Bruno

Marta G. Bruno

Directora de Cultura de LaSemana.es

Licenciada en Periodismo

Estudio Ciencias Políticas

Trabajo en 13TV

Antes en Intereconomía TV, La Razón y Europa Press