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SIN CONCESIONES

Españolizar y españolear

Fotografía

Por Pablo A. IglesiasTiempo de lectura5 min
Opinión15-10-2012

Abro el diccionario de la RAE para conocer con rigurosidad el significado de la palabra de moda. Busco es-pa-ño-li-zar. Se trata del controvertido verbo que el ministro de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, conjugó en el Congreso de los Diputados y que enfadó tremendamente a toda la oposición. El término españolizar existe, así que las críticas feroces contra Wert no pueden tener origen en la invención de vocablos, como tiempo atrás hizo una exmiembra del Gobierno por simples razones ideológicas. Wert es sumamente culto e inteligente. Incurre en otros deslices, pero no en la deformación del idioma. Sabe que la Academia de la Lengua establece tres definiciones del término españolizar: uno, dar carácter español; dos, dar forma española a un vocablo o expresión de otro idioma; y tres, tomar carácter español o forma española. A la vista del diccionario, a nadie extraña que los nacionalistas hayan arremetido en tromba contra Wert. Los separatistas que padecen alergia a todo lo que huele a España deben de sentir salpullido por escuchar una palabra con raíz en el nombre de la patria que repudian. Tanto es así que cuando ellos quieren hablar de España dicen "Estado" para evitar el picor, o para negar la existencia del país. Busco más razones para pedir la reprobación de Wert, como incluso exige el PSOE. Así que lo mejor es acudir a la cita textual del ministro. Al debatir sobre el sistema educativo en Cataluña, confesó: "Nuestro interés es españolizar a los alumnos catalanes y que se sientan tan orgullos de ser españoles como de ser catalanes y que tengan la capacidad de tener una vivencia equilibrada de esas dos identidades porque las dos les enriquecen y las dos les fortalecen" (sic). Aquí está la clave. Sin amarillear la realidad. Sin suprimir el contexto en un titular. Vivimos en un mundo tan fugaz y superficial que pasamos de mensajes que superen los 140 caracteres de Twitter. La declaración al completo aporta el verdadero propósito de Wert. Quiere "españolizar" a los estudiantes para que "se sientan tan orgullosos de ser españoles como de ser catalanes". ¡Atención! No los quiere "españolizar" para que sólo se sientan españoles. No. Ni desprecia la identidad catalana ni la pretende arrinconar, como casualmente sí hace la educación de esa comunidad con el idioma español. Quiere que los alumnos sean "tan españoles como catalanes". Ahora entiendo el porqué de los ataques a Wert. Supongo que lo razonable es que los niños catalanes se sientan únicamente catalanes y que en los colegios aprendan el odio a lo español que desprenden los políticos que han instaurado un régimen ideológico en las escuelas de la región. Sólo así cobrarían sentido las críticas a Wert. A nadie sorprende que los nacionalistas reprendan al ministro. Lo que llama la atención es que supuestamente lo haga el rey Juan Carlos. Y más aún que los dirigentes españoles del Partido Socialista Obrero Español se olviden de sus propias siglas y reclamen la dimisión de Wert por querer "españolizar" a los estudiantes para que sean "tan españoles como catalanes". Cuando Elena Valenciano o Soraya Rodríguez piden el cese del ministro español que quiere "españolizar" la educación me acuerdo de los españoles que en el siglo XVIII sentían vergüenza de sus propias raíces y abrazaban cualquier influencia francesa. Tanto era así que los apodaron afrancesados. Paradojas de la vida, de aquellos pseudo franchutes descienden los actuales liberales que quieren "españolizar" España, mientras que socialistas y separatistas asemejan tal propósito al adoctrinamiento del franquismo. Olvidan que en la dictadura no se buscaba que los niños se sintieran "tan españoles como catalanes" y que sí existía una persecución real hacia el catalán, el gallego y el entonces llamado vascuence. Por favor, no resucitemos lo peor de nuestro pasado. Ni para imponer unas ideas ni para vengar otras. Si Wert merece un castigo por querer "españolizar" la educación española, espero que la polémica no trascienda fuera de nuestras fronteras. No imagino a los socialistas alemanes criticando a Angela Merkel por querer germanizar su enseñanza. No veo a los demócratas estadounidenses dejando solo a Barack Obama si dijera que pretende "americanizar" las escuelas. Debates semánticos y absurdos como este sólo suceden en España. Me pregunto qué habría dicho la oposición si el ministro español hubiera asegurado que su intención es "afrancesar" o "arabizar" la educación española. Puede que hasta les habría parecido mejor si, en plena crisis del euro, a Wert se le ocurre soltar que conviene "germanizar" la enseñanza nacional para ganarse el favor económico de Merkel. Puede que los detractores del ministro en realidad confundieran el significado de "españolizar" con otra palabra similar y que el cantante Luis Lucena llevó a la cumbre en 1969 con la película Españolear. Eso sí que podría haber sonado ofensivo a sus oídos por querer, según la RAE, "hacer propaganda exagerada de España". Por cierto, Luis Lucena se llama realmente Luis Lisart Tamarit, de apellidos valencianos o catalanes -que dirían los independentistas-. Pero cantaba todo orgulloso: "Españolear, españolear es lo que hacen los turistas cuando vienen por acá. Españolear, españolear, ellos saben que lo nuestro les da la felicidad. Todas las naciones tienen algo que las diferencia a las demás. Pero nuestra España tiene un verbo que todas quisieran imitar, que todas quisieran imitar".

Fotografía de Pablo A. Iglesias

Pablo A. Iglesias

Fundador de LaSemana.es

Doctor en Periodismo

Director de Información y Contenidos en Servimedia

Profesor de Redacción Periodística de la UFV

Colaborador de Cadena Cope en La Tarde con Ángel Expósito