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ANÁLISIS DE ESPAÑA

Un regalo para ETA

Fotografía

Por Alejandro RequeijoTiempo de lectura2 min
España01-05-2012

Dijeron que no iban a subir el IRPF. Lo subieron. Se comprometieron a no abaratar el despido. Tampoco lo cumplieron. Prometieron que no tocarían la Sanidad ni la Educación. Mintieron. Lo han hecho. Se rasgaban las vestiduras cuando se les mentaba la subida del IVA. La herencia socialista obliga, dicen, y esa subida llegará también en 2013. Visto lo que vale la palabra del actual Gobierno, a nadie le debe de extrañar a estas alturas el giro dado también en materia antiterrorista. Ahora resulta que los presos de ETA podrán ser acercados a las cárceles del País Vasco con algo así como un cursillo de Educación para la Ciudadanía. Ni si quiera deberán pedir perdón o reconocer el daño causado. Otra cosa es la manera de anunciarlo. Filtración interesada con el ministro fuera de España. O torpe o Cobarde. Las víctimas fueron las últimas en enterarse. Después de utilizarlas durante años como ariete contra Zapatero, ahora también son incómodas para el PP. Tan es así que el ministro Jorge Fernández Díaz no quería ni sentarse con ellas para explicarles. Sólo la tormenta de críticas generada le obligó a ello, sin que estuviese excesivamente afortunado, según cuentan. El PP criticó con dureza desde la oposición la 'Vía Nanclares' puesta en marcha por Rubalcaba. Pero cuando llegaron al Gobierno lo primero que hicieron fue reforzarla y concedieron la semilibertad a dos presos terroristas en sólo dos meses (apenas se habían otorgado cinco desde 2007). Ahora van más allá y regalan a ETA los acercamientos que llevan años pidiendo. Además lo hacen con un plan absurdo. En la práctica hoy muy pocos presos de ETA se acogerán a este Plan Integral de Reinserción porque para ello se exige lo que más les cuesta, romper con la banda. A no ser que el PP haya diseñado esta estrategia pensando en una pronta disolución de ETA, ante lo que ya no haría falta ni siquiera esa desvinculación para volver a su Euskal Herria soñada. Si eso es lo que espera el Gobierno, con este Plan no ha hecho más que alejar ese momento. Porque al final el número de presos que se acojan es lo de menos. Si son muchos o pocos, dará igual. Lo grave es que el Gobierno les ha dicho a ETA y a su entorno que tenían razón. Que por la vía de la presión y sin un ápice de autocrítica pueden conseguir sus objetivos políticos. Y a buen seguro que la izquierda abertzale traducirá este gesto en más votos. Jugada redonda por tanto. Sólo hay que escuchar la explicación oficial del Gobierno para darse cuenta que los argumentos son justitos (que no justos): "no vamos a negociar con ETA", dijo la portavoz, Soraya Sáenz de Santamaría, sin que nadie le hubiese preguntado por eso. ¿Recuerdan a De la Vega negando lo mismo allá por 2006?.

Fotografía de Alejandro Requeijo

Alejandro Requeijo

Licenciado en Periodismo

Escribo en LaSemana.es desde 2003

Redactor de El Español

Especialista en Seguridad y Terrorismo

He trabajado en Europa Press, EFE y Somos Radio