ANÁLISIS DE SOCIEDAD
Cuentas al Rey
Por Almudena Hernández
2 min
Sociedad17-04-2012
Que el Rey sea el mejor ministro de Exteriores del país, que haya echado buenos capotes a los españoles y que su labor sea crucial para atar en corto a los políticos que nos merecemos no quita que pueda ser objeto de crítica. Por mucha procedencia divina que tenga la monarquía, hasta su majestad acaba defraudando, como el común de los mortales. Los juancarlistas que tengan dos dedos de frente no podrán excusar unas actuaciones que se verían con malos ojos en el vecino de enfrente. No es muy loable organizarse un viajecito a un safari africano para matar elefantes con el dinero de los demás en plena crisis. No se entiende y no queda otra que pedirle cuentas al Rey. Vivir a cuerpo de ídem no debería tener cabida con la que está cayendo. Así que, majestad, tiene unas cuantas preguntas que debería plantearse a la vez que piensa en la próxima escapada: ¿Cuántas familias se están quedando sin su hogar porque no pueden pagar la hipoteca a la vez que usted disfruta de recreos en sus otras residencias? ¿Cuántos ancianos se rompen la cadera y no tienen acceso a la última técnica médica y quedan postrados en una silla de ruedas de por vida? ¿A cuántas personas ha fastidiado todo el despliegue que se ha llevado a cabo para traerle desde África a España, ingresarle en un hospital en Madrid y romper con su agenda? Hasta el más simple ciudadano comprende lo que es "vivir a cuerpo de rey", como se dice popularmente, pero muchos entendemos que las personas que representan a todo un pueblo también abanderan unos valores que los demás no practicamos con tanta supuesta grandeza. Ahora atenderemos a una campaña de imagen pública digna de estudio. Pero será difícil que la asimilen por igual los desahuciados, los ancianos achacosos y los españolitos indignados. Por eso, desde el respeto y la admiración tocada, admita un consejo, majestad. Estos días que tiene tiempo eche cuentas. Antes o después, tendrá que rendirlas.
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Almudena Hernández
Doctora en Periodismo
Diez años en información social
Las personas, por encima de todo