ROJO SOBRE GRIS
Yo de rojo; él, de oveja
Por Amalia Casado1 min
Opinión17-10-2011
Por primera vez en la vida he ganado al futbolín. También casi por primera vez he ganado a mi marido en algo. Para ser más precisos y justos, debo decirlo en plural: hemos ganado. No es la victoria lo que me hace feliz, sino con quién levanto la copa. Él es un niño de seis años, y estaba disfrazado de oveja. Yo soy ya una chica mayor, y mi vestido era rojo cereza. Él ni pensaba que podíamos no ganar. Yo no dudaba de que íbamos a perder. Él ha marcado los goles. Yo los he parado. Hemos ganado mi ahijado –el más pequeño- y yo -la más inexperta-. La victoria inesperada trae consigo la alegría más intensa. Horas después sigo asombrada, como si de verdad no lo creyera. Es un hecho insignificante y pequeño, de un día cualquiera, pero ha irrumpido como una tornado de conciencia: Jaime crece. Podemos jugar juntos, de igual a igual. Y hasta podemos ganar. Yo de rojo. Él, de oveja. Sobre el gris de los días que pasan sin aparentemente dejar huella.
Seguir a @AmaliaCasado
Amalia Casado
Licenciada en CC. Políticas y Periodismo
Máster en Filosofía y Humanidades
Buscadora de #cosasbonitasquecambianelmundo