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ANÁLISIS DE SOCIEDAD

De maestros, noticias y presuntos asesinos

Fotografía

Por Almudena HernándezTiempo de lectura2 min
Sociedad01-10-2011

Un profesor que tuve me brindó una reflexión que me acompaña siempre en el mundo del Periodismo. El maestro -que lo es en el sentido más amplio de la palabra- dijo que el informador debía recapacitar sobre qué era lo importante y qué lo interesante. Por desgracia, la respuesta a veces tiene que ver con don dinero y sus amigos los intereses, más aún en estos tiempos de crisis que están causando estragos en los medios de comunicación. Estos días de atrás tuve la oportunidad de regalar esa reflexión que heredé a un grupo de pupilos. Y a pocas horas ocurrió uno de esos sucesos que conmueven los cimientos más morbosos de la opinión pública. Un hombre entraba en una iglesia de Madrid y la emprendía a tiros con las feligresas, una de ellas embarazada. Después se suicidó. Las asistencias del Samur lograron, tras una cesárea de urgencia, salvar al bebé. Las informaciones, con más o menos delicadeza, con más morbo que menos, corrieron como la pólvora. Que si el presunto asesino vivía así, que si los vecinos notaban algo raro, que si las víctimas eran gente normal... Ante situaciones como la que nos ocupa, el periodista, ese supuesto experto en informar, debe ejercer su función social. Los inocentes pupilos preguntarían entonces que cómo se haría: con un contexto, datos, con múltiples perspectivas sobre el hecho noticioso y con un poquito -al menos sólo un poquito- de valores morales. En las manos del informador está la oportunidad de que noticias "interesantes" como esta se conviertan en "importantes". ¿Por qué no hablar de las consecuencias del abuso de las drogas y el alcohol? ¿Por qué no conceder la palabra a un experto en problemas de conducta? Sin embargo, con la excusa de que no están los tiempos para tirar cohetes, vende más y atrae más la atención dar la voz al vecino que tuvo miedo y no ayudó y conceder importancia a los datos más morbosos del caso. Y si es en directo -falso o verdadero- mejor que mejor. Tristemente, para perjuicio de la sociedad, la cosa quedará ahí, como una historia más de maestros, noticias y presuntos asesinos.

Fotografía de Almudena Hernández

Almudena Hernández

Doctora en Periodismo

Diez años en información social

Las personas, por encima de todo