ANÁLISIS DE CULTURA
Nostálgicos del papel
Por Marta G. Bruno 
2 min
Cultura05-06-2011
Monza (Italia), tercera ciudad más importante y hogar del Gran Premio de Italia es el epicentro de la discusión de un tema que machaca a los libreros. Y no es otro que la lucha entre el libro electrónico y el tradicional. Cabe esperar que con la rápida evolución de las tecnologías y la aparición de las tabletas, el papel se quede en material de “amantes de lo tradicional”, que tiene su pequeño paréntesis de gloria en la Feria del Libro. El paso ya se ha dado y las editoriales ya se han puesto las pilas para aprovechar el tirón. Las publicaciones en el libro electrónico han aumentado más de un 45 por ciento en sólo un año. En 2012, una de cada tres editoriales ofrecerá más de la mitad de sus últimas publicaciones en digital. Y si miramos más allá de nuestras fronteras, en Estados Unidos la facturación de ventas se sitúa en más de 316 millones de euros. En España se facturan 51 millones de euros. Un 1% del total de la facturación. Es poco. Por otro lado su máximo competidor, el libro tradicional, está en crisis. Las ventas en la edición en papel han caído un 20 por ciento en los primeros meses de 2011, aunque éstos son datos procedentes de librerías y aún queda por disponer de un dato objetivo. Como todo dispositivo en pañales, el libro electrónico tiene muchas heridas abiertas que aún hay que sanar. Cabe destacar que se venden más dispositivos que libros electrónicos como consecuencia de la falta de un marco jurídico estable. O sea, que los lectores usan los digitales para piratear títulos como se hace con la música o el cine, aunque el precio de las ediciones digitales sea un 30 por ciento más barato que el papel. El problema está, entre otras cosas, en el IVA, que es del 4 por ciento en el papel. Un 18 por ciento en los eBooks. En Estados Unidos, el IVA de los digitales es 0. Y por otra parte, el coste de digitalizar un libro puede llegar a los 400 euros. También hay que señalar que el ebook ha llegado a una España que cuenta con cinco millones de desempleados. Su éxito anda aún lejano.
