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¿TÚ TAMBIÉN?

“Llamadme Alfredo”

Fotografía

Por Álvaro AbellánTiempo de lectura3 min
Opinión05-06-2011

Se lo dijo a los militantes, pero hablaba a los medios. Que se lo dijera a los primeros, le exculpa de estrategias y le muestra cordial y cercano. Que hablara a los medios provoca un tsunami informativo, un titular, que hace correr ríos de una tinta que le interesa y le conviene. Los incondicionales abrazan ya a “Alfredo”. Los neutrales juegan a hacerlo. Hasta los críticos han titulado así sus columnas de fin de semana. Creen reírse de él, pero tratando de hacerlo difunden su mensaje y lo vinculan a otros políticos que siempre fueron los que fueron por su nombre de pila. Quizá esa analogía ni la esperaba Rubalcaba. O quizá sí. Porque es listo. “Llamadme Alfredo”, porque Suarez fue siempre “Adolfo”, y Suarez es todavía bandera de unos y otros. Inteligente. Quien diseñó una estrategia de crispación para su predecesor, empieza con cariñitos su precampaña. Hasta su mujer ha saltado ya a escena. Rubalcaba familiar, deportista, universitario, químico, entrenado en todas las lides y con experiencia política en todos los frentes. No son aspectos desconocidos, pero se combinan de una forma nueva. Adiós al hombre de partido: empieza la construcción de un personaje presidenciable. Tiene menos de un año. En siete días ha esbozado un boceto magistral. Le teme la derecha y le tememos muchos otros. No porque sea listo, sino porque calla casi todo lo que sabe sabiendo demasiado; y porque crea de la nada cuando habla, hablando poco. Dos armas muy peligrosas en política mediática. Si leyera esto, horrorizado por fuera, sonreiría por dentro. O viceversa. Rajoy, hasta ahora, cree haber hecho lo que tenía que hacer. Piensa, y suele ser cierto, que cuando un gobierno desgobierna tan escandalosamente, cae por sí solo. No conviene agitar demasiado las cosas, no sea que un mal gesto, una palabra equivocada, una promesa descuidada, cambie el devenir natural de las cosas. La verdad, todo sea dicho, no parece costarle demasiado mantener un perfil bajo. Hay quien piensa que fue nombrado a dedo hace siete años precisamente para eso. Para ganar por anodino. Por inercia. Como ahora. Pero ahora ya no es ahora. Los amantes de la comunicación política están de enhorabuena. Quedan 10 meses apasionantes. Rubalcaba debe construir una imagen pública cargada de esperanza. No le vale el miedo a la derecha, porque el miedo hoy es miedo a su gobierno, su partido, su política... responsables de que España esté como está, con sus indignados de Sol y sombra, de plaza pública y plagas de cinches. Rajoy deberá será alguien; o deberá parecerlo, frente a “Alfredo”. Ya trató de ser “Mariano”, pero no suena igual, ni es lo mismo. Si el bienvivir y la ausencia de problemas o retos fueran el criterio, las respuestas serían el suicidio o la utopía, que son lo mismo, y ya se ensayaron en la primera mitad del siglo XX. Pero la política es una cuestión de convivencia. No conviven los discursos, las propuestas o los problemas. Conviven las personas. Quizá aparezcan, quizá se cuele algún nuevo tono, quizá soñemos entonces con vislumbrar ese lugar donde la vida se ensancha.

Fotografía de Álvaro Abellán

$red

Doctor en Humanidades y CC. Sociales

Profesor en la UFV

DialogicalCreativity

Plumilla, fotero, coach