ANÁLISIS DE INTERNACIONAL
Strauss-Khan, o no es muy listo o es un montaje
Por Isaac Á. Calvo
2 min
Internacional23-05-2011
Mucho se está hablando de Dominique Strauss-Kahn. El director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) se ha visto obligado a dimitir solo unas horas después de ser detenido y encarcelado en Nueva York por presuntos abusos sexuales. Ahora, Strauss-Khan goza de libertad bajo fianza, sin posibilidad de abandonar Estados Unidos, y va a ser procesado por unos cargos que conllevan elevadas penas de prisión. La fama de mujeriego que tiene Dominique Strauss-Khan y algunos de sus líos de faldas anteriores son un lastre. Aun así, esta enrevesada historia ocurrida en un hotel de lujo neoyorquino deja claras dos cosas: O todo es una trampa o Strauss-Khan no es muy listo. Por lógica, cuesta creer que el máximo dirigente del FMI (una de las instituciones más poderosas del mundo) abuse sexualmente e intente violar a una camarera que entra de improviso en su habitación y le pille desnudo saliendo de la ducha. De la misma manera, si esto hubiera ocurrido, tampoco es normal que Strauss-Khan intente huir camino de París, pero que llame al hotel desde el aeropuerto para preguntar si ha olvidado su teléfono móvil en la habitación. La situación se hace aún más incomprensible si a todo esto se le suma que el arrestado era uno de los mejores posicionados para disputarle, en 2012, la Presidencia de Francia a Nicolas Sarkozy. Sin embargo, también es cierto que muchas personas, en cuanto reciben un cargo, se creen que están por encima del bien y del mal y que pueden hacer lo quieran. De la misma manera, no tiene sentido que una camarera se invente una historia de este calibre si realmente no ha sufrido los abusos. Por tanto, conviene ser cautos con lo ocurrido en la habitación del hotel de Nueva York. Solo dos personas saben lo que pasó, así que los investigadores tienen trabajo por delante. Afortunadamente, con los avances científicos y tecnológicos existentes, es factible arrojar luz sobre este caso. Cuando esto suceda, y se obtengan pruebas, la Justicia debe ser implacable. Si se demuestra que Strauss-Khan es culpable, es posible que pase el resto de su vida entre rejas, ya que acaba de celebrar su 62 cumpleaños. Si, por el contrario, se corrobora que todo es un montaje, los que deberían cumplir condena son la camarera y los urdidores de la trampa.
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Isaac Á. Calvo
Licenciado en Periodismo
Máster en Relaciones Internacionales y Comunicación
Editor del Grupo AGD