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ANÁLISIS DE SOCIEDAD

Lorca está cerca

Fotografía

Por Almudena HernándezTiempo de lectura2 min
Sociedad16-05-2011

No es que sea uno de los ocho mil municipios del país, es que Lorca, además, está muy cerca de los españoles. Y lo está después de los terremotos que el 11 de mayo llevaron al municipio murciano a las portadas. Lorca está aquí al lado. Está tan próxima que los temblores también se sintieron en Madrid. La inmensa mayoría de los damnificados hablan castellano, viven de la huerta y sufren el paro. Por eso Lorca está tan cerca y su catástrofe a conmovido a los españoles, que han sentido en el pálpito del pecho la muerte de nueve personas, los destrozos de decenas de viviendas, el derumbe de los lugares de culto y el desplome de edificios históricos. Lorca está tan cerca que ayuda a comprender, en una dimensión más acertada, otros desastres cuantitativamente más dañinos. Ahí está Haití, un país que trata de emprender un nuevo rumbo en las manos de un recién elegido mandatario. Haití estaba destrozado por la miseria, la corrupción y la pobreza. Y vino el terremoto. Y aunque quede dejos la fecha del desastre sísmico, más lejos aún está de la agenda occidental una más eficaz reconstrucción. Pero ¿Japón? El país nipón era el paradigma del desarrollo, un avance que ha sabido construir altos edificios que no se derumban cuando la tierra decide protagonizar danzas mortales, pero que no previno el desastre nuclear. ¿Acaso ya no hay riesgo de contaminación radioactiva? El paro obligado de muchas industrias tecnológicas japonesas se deja sentir en la cadena de producción de todo el mundo. Pero también en la maltrecha economía global. Japón no está cerca, pero según quien lo mire quizás no esté tan lejos como Haití. Por el contrario, Lorca está aquí al lado. Y ha dejado el corazón encogido a los españoles. Y ha demostrado que la grandeza del ser humano también aflora en los peores momentos. Y ha impartido, a través de sus gentes, una importantísima lección: que no hacen falta tantas cosas materiales para vivir, que las verdaderas preocupaciones cotidianas deben estar ahí donde están las personas y que, aunque se venga abajo el motivo de la maldita hipoteca, hay que seguir adelante. Y nosotros, que los sentimos tan cerca, no debemos quedarnos de brazos cruzados. ¿Quién va a mover un dedo por ellos si no? ¡Ánimo lorquinos!

Fotografía de Almudena Hernández

Almudena Hernández

Doctora en Periodismo

Diez años en información social

Las personas, por encima de todo