ANÁLISIS DE CULTURA
Escritores genios y solitarios
Por Marta G. Bruno1 min
Cultura01-05-2011
La soledad puede ser muchas veces el camino hacia la lucidez literaria. También un oscuro túnel que lleva al autor al hundimiento moral más triste que sólo la escritura puede sanar. Ernesto Sabato tenía fama de desesperanzado: quizás sentía más que nadie las injusticias de su tierra: Argentina. El escritor vivió en 1943 una fuerte crisis existencial que le hizo replantearse su condición de científico. Con la Segunda Guerra Mundial por medio y los avatares de su país, Sabato se preguntó: ¿Por qué no luchar por causas justas? Y como presidente de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep), vivió testimonios desgarradores, además de la muerte de uno de sus hijos y su primera esposa, que fueron construyendo su aura melancólica. Casualidad de la vida, Sabato llevaba muchos años ciego. El gran escritor Jorge Luis Borges también perdió la vista con 55 años. Ambos tímidos, también aprovecharon para usar la política como medio de lucha, al menos en un momento de sus carreras. Porque aunque se relajó en la dictaduras latinoamericanas de los años 60 y 70, Borges perdió la oportunidad de recibir el Premio Nobel de Literatura por reflejar sus ideas y ética literaria. Sabato destacó por su corte social, como lo hizo también Julio Cortázar. Los derechos de autor de varias de las obras del segundo sirvieron para ayudar a los presos políticos argentinos. También siguió de cerca la difícil situación de Latinoamérica, como Sabato, como Borges. Temas que sirven, como la soledad, para escribir más 100 libros.
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Marta G. Bruno
Directora de Cultura de LaSemana.es
Licenciada en Periodismo
Estudio Ciencias Políticas
Trabajo en 13TV
Antes en Intereconomía TV, La Razón y Europa Press