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EL REDCUADRO

Caballos en bandeja

Fotografía

Por Antonio BurgosTiempo de lectura3 min
Opinión30-04-2011

La calle Adriano y sus alrededores de Antonia Díaz y López de Arenas se han convertido en un Parque Temático Hípico-Taurino donde junto a los clásicos bares del barrio como el Taquilla se han abierto infinidad de negocios de copeo y papeo con nombres toreros, y donde se han abierto setenta mil tiendas de guarnicionería tipo El Caballo y ochenta mil de sombreros de ala ancha tipo Padilla Crespo. Entras por la Puerta Larená con la cartera bien provista y puedes salir por Pastor y Landero perfectamente vestido de corto, como un señorito de Jerez o un tieso de Sevilla. Y para tu jaca puedes comprar hasta esas cúrsiles fundas orejeras de punto de croché que le ponen los nuevos ricos al tiro de sus enganches, como los pañitos que tejían las marías de los pueblos para ponerlos ensimartelevisó con la muñequita de Marín vestida de flamenca. En ese mejor cahíz torero del mundo me encuentro con un sevillano que me pregunta si sé quién va a suceder en junio a don Alfonso Guajardo-Fajardo y Alarcón como teniente de la Real Maestranza de Caballería. Le digo que no, que tiene que haber unas elecciones, de las que sale una terna que se eleva a Su Majestad el Rey, que es el hermano mayor efectivo del Real Cuerpo. Y entonces me dice el sevillano de la calle Adriano, y perdón por la rima barata, que esto no es un pregón taurino, entre otras cosas porque yo no soy arquitecto ni he cometido la tropelía de La Previsión Española ante la Torre del Oro: — Bueno, pues entonces, si no sabes quién es el futuro teniente, apúntate lo que te voy a decir, y se lo largas en un artículo cuando haya tomado posesión... Pero lo que me dijo está tan cargado de razón que lo largo ya, para que quien aspire a la tenencia y tenga posibilidades de que lo elija Su Majestad lo recorte y se lo guarde hasta su toma de posesión: — Mira, he leído en el ABC que los maestrantes van a pagar dos restauraciones de iglesias muy importantes. En San Lorenzo van a pagar la restauración de la Virgen de Rocamador, que es una imagen mural muy deteriorada y que a ti te gustará tela, porque es prima hermana de tu venerada Virgen de la Antigua. Eso está muy bien. En San Lorenzo está la hermandad de la Soledad, y tú sabes la vinculación de esa cofradía con la Maestranza. Y los maestrantes van a pagar también la restauración del retablo mayor de La Magdalena. Lo que también está muy bien. Será seguramente porque en La Magdalena está La Quinta Angustia, una cofradía donde salen de nazareno muchísimos maestrantes; aquello es como el palco de la Maestranza con una túnica morada y unas cruces de palo pelado y mondado. Pero esas dos iglesias están abiertas, y no corren el menor peligro. Y en cambio está cerrada por ruina la iglesia de Santa Catalina, sin Ayuntamiento ni Junta que ayude al Arzobispado a restaurarla según el proyecto del arquitecto profesor Granero. La restauración de Santa Catalina sí que tendría que pagarla la Maestranza de Caballería. ¡Como que de allí salen Los Caballos! ¿Quieres más Caballería? Así que al que venga de teniente se lo han puesto en bandeja: que la Maestranza de Caballería restaure la iglesia de Los Caballos. — Para eso hará falta antes que a Los Caballos no les dé vergüenza ser Los Caballos y se quiten ese mote de La Exaltación que se han puesto, como Las Cigarreras es ahora Columna y Azotes, La Bofetá es el Dulce Nombre y El Beso de Judas, la Redención...

Fotografía de Antonio Burgos

Antonio Burgos

Columnista del diario ABC

Andaluz, sevillano y del Betis

** Este artículo está publicado en el periódico ABC y posteriormente recogido de AntonioBurgos.com por gentileza del autor