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SIN CONCESIONES

¿Qué clase de paz buscamos?

Fotografía

Por Pablo A. IglesiasTiempo de lectura2 min
Opinión18-04-2011

Otra vez igual. De nuevo, rumores sobre el fin de ETA. Parece un deja vu, una eterna cantinela alimentada siempre por los mismos. Zapatero va al País Vasco y no se le ocurre otra cosa que decir en un mitin que está dispuesto a "abrir las puertas" de la democracia a los terroristas si renuncian a la violencia. Está muy bien como argumento pero 40 años de asesinatos han demostrado que ese tipo de apelaciones no sirven: son ingenuas e irrelevantes. La única estrategia que se ha demostrado exitosa es la que viene aplicando en los tres últimos años el ministerio del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba. Lo único que funciona es detener y encarcelar a los criminales. Sólo así entienden que el único futuro que tienen por delante es pudrirse en prisión. Sólo así puede conseguirse que abandonen. Y sólo después de esa renuncia es cuando se les puede abrir la puerta de las elecciones. Los rumores, la cantinela y el deja vu aparecen casualmente a un mes de los comicios municipales del 22 de mayo. Hace cuatro años, ocurrió lo mismo. Pese al brutal atentado de la Terminal 4 de Barajas, donde murieron dos ecuatorianos, el Gobierno hizo toda clase de guiños a los terroristas para que abandonaran la violencia en vísperas de la campaña. Daba la impresión de que estaban negociando en secreto, aunque Zapatero lo negó una y otra vez en sus mítines. Ahora sabemos que mentía, como tantas otras veces. El Gobierno mantuvo la estrategia de la negociación hasta el último momento. Sólo cuando perdió las elecciones municipales y sintió miedo ante las generales de 2008, Zapatero dio la vuelta como un calcetín a la estrategia contra ETA y comenzó a perseguir a los terroristas con contundencia y determinación. Las críticas del PP se transformaron de inmediato en un apoyo cerrado al PSOE porque al fin había abandonado la estrategia de la negociación. Ahora sabemos que Rubalcaba no ha cambiado. Mantiene la lucha policial con la misma intensidad que hasta ahora pero, al mismo tiempo, se han intensificado las voces socialistas que presionan para un final dialogado del terrorismo. Lo de Jesús Eguiguren no sorprendería a nadie a estas alturas si no fuera porque -recordemos- es el presidente de los socialistas vascos. El problema añadido llega cuando Zapatero se presenta en el País Vasco y respalda en público a Eguiguren horas después de que apueste por romper la alianza con el Partido Popular que permite gobernar a Patxi López. La presión es cada vez más fuerte. Da la sensación de que algunos quieren apuntarse el final de ETA antes de que acabe la legislatura. Tanto esos como algunos dirigentes del PP que no paran de poner palos en la rueda de la política antiterrorista olvidan que lo importante no es quien acabe con ETA. Lo importante es que acabe para siempre y que acabe derrotada. Sin negociaciones. Porque la forma en que se acabe con ETA es tan importante como el propio final.

Fotografía de Pablo A. Iglesias

Pablo A. Iglesias

Fundador de LaSemana.es

Doctor en Periodismo

Director de Información y Contenidos en Servimedia

Profesor de Redacción Periodística de la UFV

Colaborador de Cadena Cope en La Tarde con Ángel Expósito