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¿TÚ TAMBIÉN?

Quisiera yo saber…

Fotografía

Por Álvaro AbellánTiempo de lectura2 min
Opinión28-02-2011

“De qué me sirve, quisiera yo saber…” arranca un durísimo poema de Jaime Gil de Biedma. De qué me sirve, quisiera yo saber, si Ulises existió realmente y por qué lugares de la geografía mediterránea se perdió. A él le sacudieron las tempestades del alma cada día, y la perversidad truncó muchos de sus sueños, y las desgracias retrasaron su misión, y como él quisiéramos nosotros amar nuestra patria, nuestra mujer y nuestro hijo, para resistir todo naufragio y no desistir jamás de nuestro intento por llegar a casa y construir nuestro hogar. De qué me sirve, quisiera yo saber, la geometría y el derecho para medir mis tierras y cercarlas, para crear fronteras y pasaportes, para decir “mío” y que me asista la justicia, si no sé dividir lo mío con mi hermano. De qué me sirve, quisiera yo saber, medir el radio de una circunferencia si ninguna medida me puede decir cuál es el límite de mi grandeza, cuál el de mi pequeñez. De qué me sirve saber qué es una línea recta cuando no sé si ésta opción que he escogido es más recta que las otras. De qué me sirve. Los sucesos en Oriente Medio de las últimas semanas son la primera noticia en mucho tiempo que merecen el nombre de acontecimiento histórico. Los turistas que vienen de allí suelen decir que esas gentes tienen la mirada perdida, como muerta. Sin esperanza ni futuro. Sólo el terrorismo anti-occidental parecía una respuesta para unos pocos elegidos. Pero estos días no se queman banderas yankees, ni se urden planes a escondidas. Me mueve el pueblo, no un grupo de células paramilitares. Gritan lo que aprendieron a gritar en las películas americanas. Remedan una revolución francesa en la que ya no creen ni los franceses. Y les brillan los ojos. Si alguna vez estuvieron dormidos, como muertos, hoy se enfrentan a las balas como si fueran inmortales. De qué me sirve, se preguntarán muchos. Pero ya no importa si sirve o no sirve. Importa lo que hay que hacer con el tiempo que se nos ha dado. ¿Es ésta la decisión más acertada? Los que emigraron a Europa o EE UU nos dicen que lo que resulte de todo esto no será peor de lo que tenían. Pero quienes lo dicen son más occidentales que los que se quedaron, y menos occidentales que nosotros. Es fácil encumbrar héroes y derrocar villanos. Es fácil escribir la historia desde fuera. Me pregunto de qué nos sirven todos esos relatos, si no caemos en la cuenta de que miles de personas han salido a las calles como si fueran inmortales. No preocupados por cuánto tiempo iban a vivir, sino por cómo querían vivir y morir en ese tiempo. Ante una pregunta así, nuestra vida puede resultar más larga o más corta. Eso no está en nuestra mano. Pero, también ante una pregunta así, podemos formular una respuesta que nos lleve al lugar donde la vida, más o menos larga o corta, se ensancha.

Fotografía de Álvaro Abellán

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Doctor en Humanidades y CC. Sociales

Profesor en la UFV

DialogicalCreativity

Plumilla, fotero, coach