Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

ANÁLISIS DE ECONOMÍA

El lugar donde todo era diferente

Fotografía

Por Gema DiegoTiempo de lectura2 min
Economía30-01-0111

Este año nos ha tocado estar en el lugar equivocado en el peor momento, a tenor de lo que las previsiones económicas y los planes del Gobierno anuncian para nosotros: 38,5 años de cotización para cobrar una pensión máxima, jubilación a los 67, el recibo de la luz más caro, el paro en unos niveles escandalosos, inyecciones de dinero público para las cajas -y eso que pensábamos que de esto, al menos, nos íbamos a librar-, salarios a la baja y unas perspectivas que, aunque sobre el papel no parecen tan malas, son horrendas para el alma que late en la calle. En realidad, lo que nos distingue de otros países, lo que nos hace diferentes, es el desempleo. El ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, ha anunciado que en breve presentará unas medidas para luchar contra el paro de larga duración y el empleo sumergido. Y ha dicho que hablará con Angela Merkel para posibilitar que los jóvenes que decidan marcharse a Alemania, aceptando la oferta del Gobierno germano, puedan volver. Más que ponerse de acuerdo con Merkel para limitar la duración de los contratos de los hispanos –que es a lo que huele esta intención de conchabamiento-, ya podía preocuparse por incentivar la creación de una red laboral que pueda recoger las demandas de profesionales con gran preparación que están siendo minusvalorados, pagados por debajo de su nivel de formación u obligados a trabajar en puestos que requieren una cualificación menor para quedarse en España. Si desesperante es la situación de alguien poco formado, cuánto lo será la de alguien que se ha preparado hasta la extenuación y no puede demostrar sus competencias porque no se le da la oportunidad. Al menos, en el primer caso, siempre se puede optar a hacer cursos o retomar los estudios para lograr la preparación adecuada. En el segundo caso, ¿qué más se puede hacer? En este enero de 2011 vislumbramos que los mercados se pueden calmar, que mirando hacia África del Norte nos pueden dejar en paz en su afán de que necesitamos que nos rescaten. Si cumplimos ciertos datos macroeconómicos, les dará igual que un 20% de la población activa siga pasando los lunes al sol; que sigamos siendo un país diferente.

Fotografía de Gema Diego