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ANÁLISIS DE INTERNACIONAL

Un compromiso de verdad

Fotografía

Por Isaac Á. CalvoTiempo de lectura2 min
Internacional28-11-2010

La última reunión de la OTAN celebrada en Lisboa fue especialmente importante. Se trataba, como muy bien dice el refrán, de “renovarse o morir”, y como no podía ser de otro modo, la Alianza Atlántica ha optado por renovarse. La verdad es que no le quedaba otra y tenía que dar los pasos necesarios para adaptarse a los nuevos tiempos en los que está inmersa. Lejos han quedado la Guerra Fría, la Unión Soviética y el comunismo. Desde hace unos años, las amenazas han cambiado y, quizá, sean igual o más preocupantes que las de hace décadas. Ahora, el principal enemigo es más difícil de identificar y puede estar en cualquier parte, incluso en casa. El terrorismo internacional tiene la posibilidad de golpear y desaparecer. Además, las llamadas células durmientes pueden mimetizarse perfectamente durante años entre la sociedad occidental y atacar cuando lo consideren. Por eso, es necesario cambiar las formas de combatirlo y tener cuantos más aliados mejor, entre ellos Rusia. El que antes fuera el mayor enemigo de la OTAN ahora debe ser tenido muy en cuenta, aunque no forme parte de ella. La primera prueba de fuego para la nueva Alianza Atlántica está en Afganistán. Allí lleva años operando sobre el terreno, pero no se están alcanzando los objetivos previstos. Es más, los talibanes están ganado posiciones e influencia y, cada día que pasa, las tropas internacionales allí desplegadas parecen estar más desmotivadas. En el conflicto afgano está en juego mucho más que la democratización y estabilidad del país. Una derrota allí sería toda una victoria para Al Qaeda y sus seguidores. Y por derrota también podría entenderse abandonar Afganistán antes de cumplir una misión que empezó hace, la friolera, de nueve años. Así que más vale que la OTAN se ponga manos a la obra si quiere cumplir el calendario acordado en la reciente cumbre de Lisboa. Formar y equipar a un nuevo ejército siempre es una tarea ardua, y más si se trata de las tropas de Afganistán. No porque éstas estén menos capacitadas que otras, sino porque a las tareas propias de preparación hay que sumar la violencia que sufre el país.

Fotografía de Isaac Á. Calvo

Isaac Á. Calvo

Licenciado en Periodismo

Máster en Relaciones Internacionales y Comunicación

Editor del Grupo AGD