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ANÁLISIS DE SOCIEDAD

Huevos y fantasmas

Fotografía

Por Almudena HernándezTiempo de lectura2 min
Sociedad28-10-2010

Una noche de estas ha sonado el timbre de casa. Y por el telefonillo se podría descubrir el rostro mismo del horror, en forma de disfraz de bazar chino de fantasmas y muertos vivientes. Para que se hagan una idea, más o menos con la guisa con que aparecieron las niñas del presidente del Gobierno en la famosa foto con Obama pero en cutre. Es una lástima que las nuevas generaciones, a las que se les esconde del dolor, la enfermedad y la muerte, caigan en la espiral consumista y moderna de las modas de valores de maquillaje y principios del absurdo sin fundamento. Los chavales-fantasma dirían que qué tacaños eran los dueños de aquella casa donde tocaron el timbre, pues nadie contestó. Hace un par de años, en un acto consciente de provocación y revindicación, también en la presunta noche de Halloween los mismos dueños de la misma casa colgaron en la puerta un cartel que rezaba algo así: "Aquí celebramos 'Todos los Santos', no 'Halloween'". Fue una fatal decisión, pues aunque nadie llamaba al timbre, a la mañana siguiente hubo que emplearse en la limpieza de huevos estrellados contra la fachada. Más allá de la eterna tendencia de los españoles a la fiesta y al cachondeo, habría que reflexionar seriamente sobre lo que se está haciendo con la incorporación en la agenda de culturas extrañas. Menos mal que hay más personas dispuestas a jugársela y a recibir huevazos físicos o morales ante la sinrazón que invade a la sociedad española, en cuyos jóvenes y niños se está formando un triste caldo de cultivo de la nada. Hay un juez de menores en Granada famoso por sus sentencias ejemplares. Se llama Emilio Calatayud y acostumbra a imponer penas que hagan recapacitar a los jóvenes delincuentes. Así los reintegra en la sociedad. La cosa de tirar huevos contra las fachadas de quienes dicen acogerse a su propia cultura, creencias y costumbres no debe ir tan lejos como un tribunal, pero atención a navegantes, pues al juez Calatayud tampoco le gusta esto de Halloween. Dice en su blog que no termina de ver esta "fiesta" a la que califica una "americanada" y a la que cada vez "se enganchan" más niños. Y lo justifica: "Los americanos tienen cosas malas y cosas buenas, y no sé qué pasa que nosotros no acabamos de quedarnos con las buenas. ¿Que cuáles son las cosas buenas de los americanos?: que tienen limitados los mandatos presidenciales a sólo dos mandatos, por ejemplo". Y ahí es nada. Lo dice un juez al que no le gustan los muertos de maquillaje de Halloween ni otros muchos fantasmas que van por la vida sin huevos.

Fotografía de Almudena Hernández

Almudena Hernández

Doctora en Periodismo

Diez años en información social

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